La Porfiria ¿Qué son estas enfermedades metabólicas?

Las enfermedades hereditarias suelen ser poco frecuentes pero complican de forma considerable la calidad de vida de quien las padece. En este caso hablaremos de la Porfiria, esta es una enfermedad metabólica de carácter hereditario muy vinculado con los glóbulos rojos.

Porfiria

¿Qué es la porfiria?

Se podrían definir las porfirias como grupo diverso de enfermedades metabólicas y hereditarias que se producen por una deficiencia en las enzimas que intervienen en la síntesis del grupo hemo. Este grupo hemo es el componente principal de la hemoglobina la cual es esencial para el glóbulo rojo puesto que con este grupo se puede fijar el oxígeno para trasportarlo hacia los tejidos.

Esta enfermedad se caracterizan por que se produce un exceso de producción y también acumulación de porfirinas, estas son moléculas precursoras de Ácido delta aminolevulínico y porfobilinógeno. Estos compuestos son los responsables de darle la coloración roja a la sangre.

Los principales tejidos encargados de la producción de porfirinas son el hígado y la médula ósea. Por otro lado, en estos mismos tejidos se sintetizan elevadas cantidades del grupo hemo para producir la hemoglobina suficiente para que se pueda fijar el oxígeno necesario que es necesario llevar a los tejidos para su posterior oxigenación. También en el hígado, el grupo hemo es usado para formar sustancias cuyo fin es la desintoxicación.

Existe un hecho curioso sobre las porfirinas y es que estas fueron descritas inicialmente por Hipócrates luego de analizar los fluidos que perdían las personas luego de un ataque. Ahora bien,  la explicación bioquímica de la porfiria fue dada por el químico alemán Felix Hoppe-Seyler en el año 1874.​

Tipos

La porfiria es una enfermedad muy diversa y todo esto depende principalmente del tipo de porfiria que se trate, en términos generales existen las porfirias agudas, las cutáneas, las mixtas y las que tienen su origen hematopoyético o bien hepático. A continuación profundizaremos en cada uno de estos tipos y también en sus subclasificaciones.

Porfiria aguda

Este tipo de Porfiria se destaca por un curso rápido cuyo cuadro clínico suele ser difuso y esto se explica por una disfunción que se produce en el sistema nervioso, además esto se acompaña con  náuseas, vómitos, estreñimiento, dolor abdominal y consecuentes desórdenes neurológicos. También se pueden apreciar alteraciones en lo que refiere al ritmo cardíaco por causas de alteraciones en el sistema nervioso, esto se traduce en arritmias cardiacas.

La mayoría de los casos de porfirias agudas requieren de hospitalización y de la administración de un tratamiento de forma inmediata el cual consiste en el suministro de arginato de hemina y una sobrecarga de glucosa. De este tipo de porfirias existe una subclasificación que a continuación mencionaremos.

Porfiria aguda intermitente

Esta porfiria ha sido descrita como una de las porfirias agudas más frecuentes, se encuentra asociada a una deficiencia en la enzima porfobilinógeno desaminasa. Esta deficiencia se debe a mutaciones en los genes que permiten la codificación de dicha enzima. Por otro lado, se caracteriza por ser una patología hereditable y se ubica en una deficiencia o bien un error de codificación en el par cromosómico 11.

Porfiria

Menos del 10 al 20% de los pacientes que portan el gen mutado desarrollan síntomas clínicos de la porfiria aguda intermitente, este periodo asintomático sucederá si no se producen factores que puedan desencadenar las crisis de Porfiria.  En términos generales esta enfermedad suele presentar sus síntomas entre los 20 y 45 años, además en el caso de las mueres las crisis de esta enfermedad pueden presentarse durante el  periodo premenstrual.

Plumboporfiria o porfiria de Doss

Se destaca por ser una de las Porfirias más raras, igualmente es de carácter hereditario pero es necesario que tanto la madre como el padre sean portadores del gen con esta enfermedad. Cuando se produce la unión de estos cromosomas, los descendientes de tal unión poseen un 50% de probabilidad de ser portadores de plumboporfiria sin presentar síntomas, un 25% de padecer esta enfermedad con síntomas y el 25% restante podrían llegar a ser individuos completamente sanos.

De la plumboporfiria se conocen cerca de cinco mutaciones diferentes pero todas ellas están vinculadas a una actividad muy reducida de la enzima ácido delta aminolevulínico deshidratasa. Este tipo de afectación en la actividad enzimática de esta enzima es similar a la que se presenta durante la intoxicación por plomo.

Porfiria cutánea

Este tipo de porfiria destaca por ser la más frecuente entre todas las porfirias, en estos casos se produce una fotosensibilidad (sensibilidad a la luz), de esta fotosensibilidad es que derivan las lesiones en la piel que se presentan en estos pacientes entre los 40 y 50 años.  Es importante destacar que esta porfiria se denomina también como porfiria hepatocutánea tardía.

Porfiria

Esta denominación se debe a que se ve afectada la función hepática en este tipo de porfiria, puntualmente la enzima Uroporfirinógeno descarboxilasa hepática presenta una reducción de su actividad. De esta porfiria existen dos formas, una familiar y otra esporádica.

En lo que respecta a la esporádica, esta suele ser la porfiria cutánea más frecuente, llega a representar hasta el 80% de los casos.  En este caso, la actividad enzimática reducida solo se encuentra en el tejido hepático pero dicha reducción es transitoria puesto que al pasar la enfermedad, dicha actividad vuelve a regularizarse.

El origen de esta porfiria cutánea esporádica es desconocido aunque diversos estudios han determinado que el alcohol, los estrógenos, exceso de hierro en la circulación y los virus de la hepatitis son los causantes de la reducción de la actividad enzimática en el hígado en casos donde exista una predisposición a la porfiria cutánea.

Cuando se habla de la porfiria cutánea familiar se debe a que este tipo de afección es de carácter hereditario y cursa de forma similar con la esporádica. También se han descrito porfirias cutáneas de origen tóxico o ambiental inducida pero todas ellas suelen agruparse en los casos de porfiria cutánea esporádica.

Porfiria

Las porfirias agudas se caracterizan por una sobreproducción en conjunto con la acumulación de las porfirinas las cuales pueden ser detectadas en la sangre, orina e hígado. Este acumulación es la responsable de las lesiones cutáneas caracterizadas por ampollas que pueden dejar descubierta la piel, esto es frecuente en el dorso de las manos.

Estas lesiones cutáneas luego se cubren de costras que con el tiempo dejan una cicatriz que puede ser tanto hiperpigmentada como hipopigmentada. Otro hecho importante de destacar es que en estos pacientes es frecuente que exista una abundancia de vello en su cuerpo. Los síntomas dérmicos suelen presentarse durante los 45 años de edad sin existir alguna predilección por alguno de los dos sexos.

Como mencionamos previamente, en las porfirias cutáneas existe una lesión hepática que merece la pena destacar. Estudios han determinado que el alcohol es un gran desencadenante de los ataques de porfiria cutánea, a este factor desencadenante le siguen las cantidades elevadas de hierro puesto que esta molécula es capaz de inhibir la actividad enzimática en el hígado y provocar finalmente la porfiria cutánea.

Porfirias mixtas

Las porfirias mixtas destacan por presentarse crisis tanto agudas como tardías, no suelen ser muy frecuentes estas porfirias pero entre ellas debemos destacar las siguientes.

Porfiria

Coproporfiria hereditaria (CPH)

Este tipo de porfiria se debe a una disminución en la actividad enzimática de la enzima Coproporfirinógeno oxidasa, de esta porfiria se conocen 21 mutaciones diferentes del gen que codifica a esta enzima. Otro hecho importante a destacar es que la coproporfirina fecal se encuentra elevada por lo que los análisis de heces se usan para el diagnóstico de esta patología.

Porfiria variegata (PV)

Es conocida también como “porfiria sudafricana” debido a que en este país tiene una elevada prevalencia dentro de la población blanca. Debido a los avances tecnológicos ya se han determinado 77 mutaciones en el gen que promueve la síntesis de la enzima Protoporfirinógeno oxidasa.

La gran mayoría de los pacientes que padecen la porfiria variegata son asintomáticos. Existen casos donde los pacientes presentan síntomas similares a la Porfiria aguda intermitente, aunque se pueden diferenciar porque las crisis son poco más suaves que esta última mencionada y además la frecuencia es menor. Esta porfiria presenta una característica peculiar y es que en la sangre de los pacientes sintomáticos so puede detectar un pico de fluorescencia que permite el diagnóstico rápido.

Porfirias eritropoyéticas

A esta clase de porfirias se les considera como eritropoyéticas porque es la médula ósea el tejido en donde predomina la deficiencia enzimática característica de la Porfiria.

Porfiria eritropoyética congénita (PEC) o porfiria de Günther

Este tipo de porfiria es considerado como muy raro, se calculan cerca de 200 a 300 casos en todo el mundo. A pesar de su rareza, esta fue la primera porfiria que pudo ser descrita, esto gracias al médico alemán Günther en el año 1911. Esta enfermedad esta asociada a una deficiencia grave en la actividad de la enzima Uroporfirinogeno sintasa, hasta la actualidad se han descrito 22 mutaciones en el gen que permite la codificación de esta enzima.

Con respecto a los síntomas asociados a la porfiria eritropoyética congénita suelen manifestarse en los primeros meses de vida. El primer síntoma usualmente suele ser la orina color rojo que suele manchar el pañal del bebé, también se muestra fotosensibilidad que se puede apreciar con lesiones en la piel en aquellas zonas que se han expuesto a la luz, dichas lesiones pueden llegar a ser severas.

Estas lesiones en la piel son sumamente dolorosas y las cicatrices que se originan de dichas lesiones podría propiciar una epidérmica en conjunto con destrucciones del hueso y de los cartílagos que recubren el hueso, esta situación es usual en las manos y en el rostro.

Otro signo que distingue a esta porfiria es la eritrodoncia que se define como la coloración marrón de los dientes, esto se debe a la acumulación excesiva de porfirinas. Es frecuente que en estos pacientes se presente anemia hemolítica y para tratar este problema se hacen necesarias las transfusiones de sangre o incluso la extirpación quirúrgica del bazo.

Protoporfiria eritropoyética (PPE)

La deficiencia de la enzima ferroquelatasa es el responsable de la Protoporfiria eritropoyética, esta enzima es la responsable del último paso en la síntesis del grupo hemo.  Hasta los momentos se conocen cerca de unas 50 mutaciones asociadas al gen que codifica esta enzima.

Como consecuencia de la deficiencia de la ferroquelatasa, la protoporfirina se acumula en la médula ósea y también en los glóbulos rojos, es frecuente que se acumule también en el hígado. El principal síntoma asociado a esta enfermedad suele ser la sensibilidad a la luz solar, esto produce comezón y enrojecimiento de la piel la cual suele desaparecer sin ningún tratamiento al día siguiente de la exposición a la luz.

Al igual que la porfiria eritropoyética congénita, los síntomas suelen manifestarse durante los primeros meses de vida con la diferencia de que en la protoporfirina eritropoyética suelen ser menos graves las lesiones en la piel. Si las exposiciones a la luz son continuas, se producirá un aspecto en la piel como si esta estuviese envejecida, apreciándose frecuentemente en las manos y en la cara. En este tipo de porfiria podría producirse anemia aunque esta es de moderada a leve.

Por otro lado, es importante que el médico este siempre al tanto de la formación de cálculos biliares puesto que en este tipo de pacientes son frecuentes debido a la excesiva eliminación de porfirinas por medio de esta ruta.

Porfirias hepáticas

Las porfirias hepáticas son en su mayoría de carácter hereditario, es necesario que sólo uno de los padres sea portador de esta anomalía genética para que los descendientes tenga un 50% de probabilidad de heredar una actividad deficiente en las enzimas hepáticas encargadas de la síntesis del grupo hemo.

Es importante mencionar que esta clase de porfirias son de las más complejas y con frecuencia el pronóstico de quienes las padecen suele ser difuso, esto por motivo de que el cuadro clínico en este tipo de porfiria es muy variable. En contraparte de esto, la mayoría de los pacientes que padecen de porfirias hepáticas se mantienen asíntomaticos durante todo el curso de su vida.

Causas

Este punto es sumamente importante para poder entender de que va la porfiria, inicialmente tendremos que hablar de que vendría siendo las porfirinas las causantes de esta enfermedad. Por lo general, el organismo se encuentra en la descomposición de qupiicos y entre ellos se encuentran las porfirinas en que forman parte del grupo hemo. Los  principales tejidos encargados de la producción de las porfirinas son el hígado y la médula ósea.

La médula ósea es el tejido principal donde se sintetiza el grupo hemo y esto se debe a que es el principal productor de hemoglobina en el cuerpo, la hemoglobina es la molécula en donde se fija el oxígeno durante el proceso de respiración y quien permite dicha unión es el grupo hemo. En lo que respecta al hígado, el grupo hemo se usa para la formación de otras sustancias que tienen como fin la desintoxicación del organismo.

Ahora corresponde hablar de las porfirinas, estos son desechos del organismo que deben ser excretados a través de la orina o de las heces fecales. Las personas que padecen porfiria tienen una anomalía de carácter genético que no permite la expulsión de estos desechos o que propicia que se haga de una forma incorrecta.

Esta situación provoca que las porfirinas se acumulan en el todo el organismo y esto puede traer consigo erupciones en la piel, sensibilidad a la luz, dolor abdominal y otros síntomas que serán comentados más adelante. Algunos tipos de porfiria pueden tener su inicio en los primeros años de vida mientras que otros en la edad adulta, por ello es difícil de predecir con exactitud el momento en el cual se podría padecer de porfiria.

Diversos estudios han determinado que una persona que tenga propensión a padecer de porfiria e ingiera alcohol, barbitúricos (sedantes), fármacos antiepilépticos o bien anticonceptivos podrían provocar una crisis de porfiria.

Síntomas de la porfiria

En lo que respecta a los síntomas asociados a la porfiria estos suelen clasificarse en dos grandes ramas, los síntomas cutáneos y los síntomas extracutáneos, a continuación mencionaremos estos dos tipos de síntomas.

Cutáneos

Como es de esperarse, los síntomas cutáneos se asocian a la piel, estos son la fotosensibilidad y la fragilidad en la piel, se podría decir que ambos están muy vinculados puesto que producto de la fotosensibilidad es que se produce la fragilidad en la piel, dentro de estos dos síntomas podemos mencionar:

  • Fotosensibilidad: Este síntoma se expresa en el organismo con comezón, enrojecimiento de la piel, dolor e inflamación en las zonas que se exponen a la luz.
  • Fragilidad de la piel: Suele ser de manera crónica luego de exposiciones repetidas a la luz, se manifiesta con la la aparición de ampollas y esta situación podría evolucionar a cicatrices y en el peor de los casos en esclerodermia.

Extracutáneos

Estos síntomas se encuentran orientados a la afectación del hígado y del bazo, suelen presentarse en los ataques agudos en las porfirias. Se caracterizan por una mezcla de síntomas digestivos, neurológicos y psiquiátricos que suelen hacer difícil el diagnóstico para el médico.

Cuando se tratan de síntomas neurológicos se destacan hormigueo en las extremidades, dolor muscular y debilidad, estos van acompañados de trastornos psiquiátricos como confusión, alucinaciones y psicosis. Es importante mencionar que estos ataques agudos son urgencias médicas y requieren de hospitalización.

Complicaciones

Las posibles complicaciones asociadas a la porfiria van a depender de gran manera del tipo de porfiria que se trate. Por ejemplo, las porfirias agudas podrían ser letales si no se atienden inmediatamente, durante estas crisis puede presentarse deshidratación, problemas respiratorios, presión arterial elevada e incluso convulsiones. En lo que respecta a las complicaciones a largo plazo de los ataques agudos podrían ser la  insuficiencia renal crónica y daño hepático.

El otro tipo de porfiria más frecuente como lo son las cutáneas pueden producir lesiones de forma permanente en la piel. Por otro lado, las ampollas que se producen por exposiciones repetidas a la luz podrían infectarse. Una vez que las lesiones sanan, podrían tener una apariencia y color anormal así como también cicatrices.

¿Cómo prevenir la porfiria?

Tristemente la porfiria es una enfermedad que no puede ser prevenida puesto que al poseer su carácter hereditario es incluso difícil de predecir hasta que aparecen sus síntomas. Los médicos aconsejan que aquellos que padezcan de porfiria eviten los desencadenantes de los síntomas de la porfiria como el alcohol entre otros.

En este artículo se abordo sobre la porfiria, una enfermedad genética que consiste en deficiencias enzimáticas que afecta la excreción de porfirinas, unas moléculas que componen el grupo hemo de la hemoglobina. Aun se desconoce la cura para esta compleja enfermedad metabólica, no destaca por ser sumamente incapacitante salvo algunos pocos casos, lo que recomiendan los expertos es evitar aquellos factores desencadenantes de las crisis de porfiria. También te pueden interesar los siguientes artículos: