Laberintitis: la afección que podría desorientarte

La laberintitis es una enfermedad que tiene lugar en el oído interno, produciendo una inflamación e hinchazón de una de sus partes conocida como véstibulo, la misma puede llegar a ser perjudicial en la audición de la persona. En el artículo de hoy exploraremos todo lo referente a esta afección, sus causas y tratamiento.

laberintitis

¿Qué es la laberintitis?

La laberintitis hace referencia a una enfermedad infecciosa que tiene lugar dentro del oído interno de la persona, la misma puede ser desencadenada por diferentes razones, la mayoría de estas son por una bacteria o producto de un virus.

Esta afección provoca una irritación e infección inicial que luego conlleva a causar una inflamación dentro del oído, en específico en los canales que lo conforman.

El oído interno es visto como uno de los órganos más complejos en el área de la medicina. Esto se debe a que el mismo está formado por una serie de partes que cumplen distintas funciones a la hora de detectar y transformar el sonido, como por ejemplo, la cóclea o el caracol.

Dicha parte cumple la tarea en transformar todas las ondas sonoras que son recibidas por el oído externo en impulsos eléctricos, que luego viajarán hacia un nervio auditivo, el cual se encargará del proceso a nivel cerebral.

La misma posee forma de concha marina y en su interior se encuentra un líquido llamado perilinfa, que es muy propenso a contraer infecciones, además es una de las secciones más afectadas por la enfermedad de la laberintitis.

Igualmente, el nervio auditivo que recibe la información enviada por la cóclea también es infectado por la enfermedad. Este está formado por fibras nerviosas que desempeñan la labor de llevar los impulsos eléctricos de las ondas al cerebro para procesarlos.

Cuando la enfermedad afecta a este nervio en particular, el mismo no puede llevar el sonido al cerebro, causando una complicación propia de la laberintitis que es la sordera temporal a causa de la infección.

En un mismo sentido, la cóclea y el nervio auditivo están conectados por una serie de células que permiten hacer la transformación del sonido. La inflamación e infección que produce la enfermedad impide que la comunicación entre estas dos partes del oído se dé, por lo que la audición se ve reducida.

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Otra característica del trastorno es que afecta el funcionamiento del vestíbulo del oído interno. El mismo desempeña la función de la coordinación y mantenimiento del equilibrio de la persona, es decir, se encarga de hacer un registro de los movimientos corporales del individuo para así mantenerse erguido.

El vestíbulo del oído interno está constituido por tres canales. Dichos conductos están llenos de fluidos que se mueven cuando la persona lo hace, igualmente posee fibras que se encargan de detectar los movimientos y estos son enviados como impulsos eléctricos al cerebro para su posterior interpretación.

Al ocurrir una infección por la laberintitis este órgano sufre las consecuencias, por lo que la persona con la enfermedad no puede coordinar sus movimientos y no posee la capacidad de estar equilibrado, sufriendo de vértigo.

Causas

La infección de la laberintitis puede ocurrir de diferentes maneras, la más conocida es por un virus. Sin embargo, no existe hasta los momentos un solo virus que desencadene la enfermedad, por lo general va de la mano con cualquier otro trastorno, como por ejemplo una gripe.

Si los síntomas de la gripe o de otra enfermedad producto de una virosis empeorar, la infección puede trasladarse hasta el oído interno y desembocar esta afección.

Otra de las causas conocidas es por la infección de una bacteria que se aloje directamente en el oído. Dicha bacteria puede encontrarse en ese lugar como consecuencia de un mal cuidado de la parte externa del oído. De esta manera, se genera una inflamación del interior que conlleva a la aparición de la enfermedad.

Asimismo, se ha encontrado información en donde se evidencia que la laberintitis puede producirse además por alergias a distintos alimentos que provocan una inflamación. Al igual que el uso de ciertos medicamentos para el oído generan una efecto adverso que tiende a desencadenar la afección.

Es por este motivo que los especialistas en el área recomiendan que se anoten todos los alimentos consumidos antes de la afección para poder determinar si fue provocada por alguna comida.

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En una misma línea de ideas, existen ciertos factores que hacen que la persona sea más vulnerable a contraer esta enfermedad, de los cuales podemos mencionar:

  • Ingesta excesiva de alcohol: El consumo excesivo de bebidas alcohólicas es uno de los factores de riesgo más comunes que causan la laberintitis, esto se debe a que el mismo afecta el órgano del vestíbulo encargado del equilibrio.
  • Cansancio: La fatiga suele ser un indicador clave para desencadenar la enfermedad. La razón de esto es que la misma se ve vinculada con la debilidad del sistema inmune, dejando al cuerpo sin defensas para combatir el virus o bien, la bacteria.
  • Enfermedad viral reciente, infección respiratoria o infección del oído: Todas las infecciones o enfermedades virales existentes corren el riesgo de transformarse en una laberintitis.
  • Tabaquismo: En líneas generales, el consumo de tabaco es perjudicial para la salud y genera diferentes afecciones que dañan  al organismo, entre ellas se está la laberintitis.
  • Estrés: Los eventos estresantes o el mal manejo de las emociones de una persona generan reacciones psicosomáticas que pueden llegar a provocar la enfermedad.
  • Medicamentos nocivos: El uso de ciertos medicamentos indicados o no (como ácido
    acetilsalicílico, aspirina, entre otros) pueden provocar reacciones alérgicas que terminan formando la infección en el oído interno.

Síntomas de la laberintitis

Con respecto a los síntomas que presentan las personas que padecen la enfermedad, uno de ellos es el vértigo, el cual se entiende como la sensación repentina de pérdida de equilibrio. Otro síntoma común es la la aparición de nistagmus dirigido al lado afecto, este signo se caracteriza por un movimiento involuntario de los ojos hacia el lado del oído infectado, el mismo tiende aparecer en los primeros días de la enfermedad.

El síntoma más habitual que se presenta en un paciente con la afección es la hipoacusia neurosensorial moderada, la misma hace alusión a la pérdida de la audición en el oído afectado por el trastorno, por lo general es transitorio pero puede extenderse por largos períodos de tiempo. De una misma manera, cuando no se trata la enfermedad lo antes posible, el riesgo de perder la total audición en el oído aumenta.

Entre otros síntomas reportados se encuentra la conocida laberintitis supurada, la misma se entiende como un tipo de infección en el oído que se caracteriza por la generación de pus, un líquido verdoso de olor intenso cuya presencia determina que la causa de la afección viene dada por una bacteria que ha entrado en el canal auditivo.

Asimismo, se puede denotar la aparición de la otitis media aguda o crónica, la cual se define como la inflamación del oído medio (punto de conexión entre la parte externa e interna). La meningitis por otro lado es un signo muy poco recurrente en el caso de la laberintitis, sin embargo, se han detectado casos en donde los síntomas se complican dando lugar a este trastorno de inflamación de las membranas del cerebro.

En un mismo sentido, cuando ocurre un traumatismo en la zona del oído, los síntomas que presenta son muy parecidos a los que se encuentran en la laberintitis, por lo que es necesario saber la diferencia entre ambas afecciones.

Cuando la enfermedad se complica, empiezan aparecer agravantes de los síntomas, como por ejemplo: vértigo extremo e hipoacusia total, que se refiere a la pérdida completa del sentido de la audición. También se establecen signos de somnolencia aguda, es decir, una sensación excesiva de sueño constante.

Igualmente, en algunas situaciones en donde la laberintitis se complica mucho, se pueden presentar episodios en donde la persona pierde el conocimiento o comienza a presentar problemas de memoria.

A pesar de esto, los casos en donde la enfermedad se agrava son muy pocos, ya que el tratamiento en base de antibióticos impide que la misma se siga desarrollando. De manera resumida, podemos enumerar los síntomas de la siguiente forma:

  • Sensación anormal de movimiento y pérdida constante del equilibrio (vértigo).
  • Dificultades en la visión causadas por los movimientos involuntarios del ojo.
  • Mareos constantes.
  • Hipoacusia en un oído (pérdida de audición).
  • Caídas constantes por la pérdida del equilibrio.
  • Náuseas o vómitos recurrentes.
  • Tinnitus o zumbido continuo en los oídos.
  • Fiebre alta y enrojecimiento del oído medio.

Diagnóstico y tratamiento

Con el fin de comprobar el diagnóstico de la enfermedad, el médico responsable debe hacer un estudio acerca de todos los síntomas expuestos por el paciente. No obstante, también debe valerse de otros medios para dar con precisión la veracidad del diagnóstico, entre los cuales podemos mencionar:

  • Electroencefalograma (EEG): Este método es empleado para un análisis certero de toda la actividad eléctrica del cerebro, si en los resultados se ve la presencia de una anormalidad en la zona de la audición, es un indicador fuerte para el diagnóstico.
  • Electronistagmografía: Esta técnica es empleada para poder captar la actividad en el interior de oído con aire o agua y así poder evaluar los reflejos oculares. Una anormalidad en el estudio puede indicar la presencia de la enfermedad.
  • Tomografía computarizada de la cabeza: La utilización de este instrumento es eficaz a la hora de realizar un estudio detallado de la parte interna de los oídos, si hay alguna infección se verá en los resultados.
  • Prueba de audición: Este examen es empleado con el fin de probar la destreza auditiva de cada uno de los oídos de la persona. Si hay alguna discordancia menor en uno de ellos, es un claro indicativo de la laberintitis.
  • Examen sanguíneo: Este estudio está diseñado para indicar si hay una producción excesiva de los glóbulos blancos (protectores del sistema inmune), si es así entonces existe una infección en organismo del individuo.

Una vez determinada la enfermedad, se procede a indicar el mejor tratamiento para combatir la enfermedad. De manera general, el uso de los medicamentos contra la afección no tienen un lapso mayor de las dos o tres semanas.

El objetivo de los fármacos es en primera instancia reducir la sensación de vértigo para que el paciente pueda mantener el equilibrio, su segundo objetivo es aliviar todos síntomas producidos por la afección. Los tratamientos más eficaces son en baso a los siguientes medicamentos:

  • Antihistamínico: La principal característica es el control de las alergias.
  • Proclorperazina (Compazine): Estos fármacos son recomendados para el control de las náuseas y/o vómitos.
  • Mescalina: Al igual que el medicamento anterior, está destinado al alivio de las náuseas y mareos.
  • Diazepam: Este medicamente tiene la función de un sedante y solo está indicado en los casos en donde el vértigo se agrave.
  • Corticosteroides: Estos son los medicamentos más importantes para la enfermedad, pues que actúan como antiinflamatorios de la parte interna del oído proporcionando alivio y mejoramiento en la audición.
  • Medicamentos antivirales: Son recomendados como medios para la eliminación del virus o bacteria que provoca la laberintitis.

Ha sido todo por el artículo de hoy, esperamos que la información proporcionada haya sido de gran ayuda. Le hacemos la invitación a leer también: robaxisal y pectox lisina