Conoce de la Legionelosis. ¿Qué tan grave puede ser?

La legionelosis o también denominada legionella es una enfermedad provocada por una bacteria infecciosa que puede desencadenar afecciones similares a una neumonía con fiebre alto o una infección en los pulmones. En el artículo de hoy realizaremos un recorrido acerca de esta afección, así como su tratamiento.

legionelosis

¿Qué es la legionelosis?

La legionelosis es una enfermedad infecciosa que se desencadena por una bacteria Gram negativa del grupo de la legionella.

El término de la legionella es un concepto que se le atribuye a una serie de bacterias Gram negativas que desembocan otras enfermedades, como por ejemplo la meningitis (inflamación de las membranas protectoras del cerebro), gonorrea (enfermedad de transmisión sexual) y problemas respiratorios.

Este tipo de bacterias pueden sobrevivir en un rango alto de temperaturas, no obstante, se preservan de mejor manera en aquellos lugares con un clima superior a los 35º. Existen alrededor de 48 especies de este grupo de legionellas y algunas de estas pueden llegar afectar a los humanos.

La infección que causa esta bacteria en la persona desencadena la enfermedad la cual puede presentar síntomas leves y localizados como una afección en el área de los pulmones con una fiebre moderada, esta tipo se conoce también como la enfermedad del legionario.

Asimismo, la bacteria puede atacar al organismo y presentar signos muchos más graves de la enfermedad, como una baja en el conteo de los glóbulos rojos que da pie para una neumonía acompañada de una fiebre muy alta a la que se conoce como Fiebre de Pontiac.

Las epidemias que se forman a causa de este trastorno suelen ser el foco de atención de todos los medios de comunicación. Sin embargo, esta enfermedad es vista habitualmente como un caso aislado y no como una afección producto de algún brote conocido. La aparición de la legionelosis por lo general tiene lugar en las estaciones de verano y el otoño, pero también surgen en otras épocas.

Los síntomas de la enfermedad pueden ser variados, así como hay pacientes que la enfermedad es asintomática (sin presencia de síntomas). Este trastorno puede llegar a ser mortal si no se trata de la mejor manera en base de antibióticos, el mismo causa la muerte en el 5 a 30% de los casos.​ Se tiene conocimiento que al menos 8.000 a 18.000 personas sufren de esta enfermedad en EEUU cada año.

Causas

Las bacterias que generan esta enfermedad se encuentran en su gran mayoría en los cuerpos de aguas naturales, sin embargo, en las ciudades estas se agrupan en los conductos de agua y se reproducen en ellos. Además de que las mismas poseen una resistencia alta a las cantidades de cloro que se vierten para purificar los sistemas de agua.

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De una misma manera, la evolución de los sistemas de almacenamiento así como el desarrollo de aerosoles tales como torres de refrigeración, spa, fuentes de aguas exteriores e interiores, duchas y atomizadores en tiendas de comestibles, han hecho que se incremente su producción.

Cualquier persona puede contraer la enfermedad, sin embargo, se ha observado que la misma es más frecuente en el sexo masculino de 45 años, fumadores y con un sistema inmunitario debilitado, bien sea por una enfermedad como la diabetes, sida o que se encuentren bajo un tratamiento médico en base de fármacos que suprimen dicho sistema.

Los brotes de la legionelosis comienzan cuando un individuo aspira un aerosol que se encuentre hecho con agua infectada por las bacterias. Como ejemplo se puede hacer mención de las torres de agua para refrigeración de aire acondicionado, fuentes, aspersores de riego o duchas.

Este tipo de aerosoles se encuentran en cualquier lugar, como casa, trabajo o sitios públicos, por lo que la persona siempre estará expuesta a la bacteria. A pesar de esto, se ha comprobado que la enfermedad no se transmite de persona a persona, así como no se han encontrado evidencias que la infección habite en los aires acondicionados de un carro o en los instalados en el hogar.

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El brote más alto y conocido de legionelosis tuvo lugar en Murcia, España en el año 2001, con 6 muertos y más de 600 afectados. El lugar de origen de la bacteria se determinó en una torre de ventilación en El Corte Inglés, en las consejerías de Sanidad y Agricultura, en el palacio de San Esteban y en la sede central de Caja Murcia.

Asimismo, otro brote sucedió en el año 2014 en Cataluña, España, dejando 10 fallecidos (seis en Sabadell y cuatro en Ripollet) y más de una cuarentena de infectados, cuatro de ellos hospitalizados y uno de ellos en estado crítico. En esa ocasión el foco de la enfermedad no fue identificado.

Síntomas

Los síntomas que se presentan en pacientes con la enfermedad por lo general son: fiebre, escalofríos y tos (ya sea seca o flemática). Otros pacientes también reportan otros síntomas como dolores musculares, dolor de cabeza, fatiga, pérdida de apetito y, en algunos casos, diarrea.

Por medio de las pruebas de laboratorios se ha visto que los riñones de las personas con legionelosis son afectados por la bacteria. Es muy complicado hacer una distinción de la enfermedad con base a los síntomas, es necesario realizar una serie de pruebas para afirmar o desechar la presencia de la enfermedad.

Con respecto a la enfermedad del legionario, que es el tipo más leve de la afección sus síntomas son parecidos a los que se presentan en un cuadro de gripe y su duración puede ser de entre tres a cinco días. Igualmente, el período de incubación de la bacteria en el organismo es de aproximadamente 48 horas.

Los principales signos presentes son fiebre moderada, escalofríos, cefalea (dolor de cabeza), malestar general y dolor muscular (mialgia). Por lo que se sabe con respecto a este tipo de legionelosis, la misma no es mortal, por lo que no existe un riesgo de muerte.

Por otro lado, el tipo más grave de la enfermedad posee un período de incubación que puede ir de dos días a los diez, y en algunos casos se han reportado que se extiende hasta dos semanas. Los síntomas iniciales de la enfermedad son iguales al tipo leve, pero sin la debilidad en los músculos.

Con el transcurso de la afección estos signos tienden agravarse y sumarse otros como la diarrea, sensación de confusión y dolores en el cuerpo. Además de de haber una disminución de los glóbulos rojos causando neumonía.

¿Cómo prevenir la legionelosis?

En algunas circunstancias, las instalaciones de agua que no reciben tratamiento, es inadecuado o están mal realizadas promueven el estancamiento de agua lo que da lugar a la acumulación de bacterias formando una segunda capa que al estar a la temperatura adecuada dan una multiplicación de las mismas.

Por este motivo, lo principal es impedir la reproducción de la bacteria legionella en los sistemas de agua de las ciudades y para llevar a cabo esta tarea, lo recomendable es mantener el agua de las instalaciones en las mejores condiciones de salubridad.

Por otro lado, las personas pueden hacer esta labor en su día a día. Los individuos que se encuentran en los exteriores pueden prevenir la enfermedad realizando las siguientes recomendaciones:

  • Evitar que el agua se estanque en las instalaciones.
  • Seguir un programa de mantenimiento con el objetivo de reducir lo más que se puede la suciedad en los conductos de agua.
  • Para impedir que la bacteria se siga propagando es importante que todos los días se realice una desinfección de los canales de agua y que se tenga control de la temperatura.

Por otra parte, la prevención de la legionelosis no solo tiene lugar en las grandes instalaciones de agua, ya que la bacteria puede llegar hasta los hogares es preciso que también en ellos se tomen la siguientes medidas:

  • En la circunstancia de que se emplee filtros de agua para los grifos, duchas o cualquier otro medio de distribución se debe percatar que los mismos estén limpios. Adicional a esto, la purgación de todos los filtros es importante para evitar la multiplicación de la legionella.
  • En las duchas se recomienda que las regaderas sean aquellas que produzcan gotas de agua grandes.
  • Unido al punto anterior, estas regaderas deben des desinfectadas o purgadas al menos una vez al año. El modo correcto para eso es sumergirla en agua caliento con bicarbonato por media hora.
  • Si la persona posee un aire acondicionado en su domicilio no se corre riesgo de la propagación de la enfermedad. Esto se debe a que estos aparatos no poseen un circuito cerrado de agua en donde se puede alojar la bacteria.

Diagnóstico y tratamiento

En un principio, para determinar la enfermedad de la legionelosis se plantea un estudio de los síntomas que presente el paciente, además de datos adicionales que el mismo proporcione. La sospecha de la afección se intensifica cuando entre los signos se ve la presencia de neumonía.

Sin embargo, el diagnóstico no se determina con el solo estudio de los signos de la persona infectado, se requieren de otros medios para poder identificarlo. Se puede realizar un estudio de una muestra de orina para observar si está la presencia de algunas proteínas que sólo están en este trastorno.

Un segundo método es por medio de una muestra de la faringe o del pulmón del paciente. La bacteria puede determinarse tras un estudio de cualquiera de ambas a través de un cultivo. Adicional a esto, se puede llegar al diagnóstico al emplear cualquiera de los siguientes medios:

  • Gasometría arterial: Esta técnica hace referencia a la extracción de sangre de una arteria para poder estudiar la concentración del oxígeno.
  • Broncoscopia: Es un método en el cual se hace una observación interna del funcionamiento de los pulmones y vías respiratorias.
  • Radiografía del tórax: A través de este examen se puede percatar si la persona padece de un cuadro de neumonía.
  • Conteo de glóbulos blancos: Cuando existe un conteo bajo de los glóbulos blancos en el organismo, el cuerpo queda expuesto a sufrir infecciones a las cuales no se pueden combatir por la debilidad que queda en el sistema inmune.
  • Pruebas de la función hepática: Ya que se ha encontrado que la enfermedad afecta a los riñones, es importante percatarse si el hígado tiene un funcionamiento adecuado. Si el mismo no se encuentra ejecutando sus funciones, se puede determinar que los riñones también se encuentran afectados.

Con respecto al tratamiento, se debe iniciar lo antes posible. El mismo se basa principalmente en la administración de antibióticos, por lo general estos se recetan por un lapso de dos semanas. En el caso de pacientes graves, el médico podría indicar que se requiere una semana bajo su consumo.

El medicamento de la penicilina es ineficaz a la hora de controlar la enfermedad. Además en algunas circunstancias, se recetan fármacos indicados para el alivio de los síntomas. En la fiebre de Pontiac no es necesario un tratamiento de antibióticos, puesto que sus signos son leves. Es por esta razón que se emplean medicamentos guiados a calmar la fiebre y las dolencias.

Adicional a los antibióticos también se utilizan otro tipo de medicamentos que actúan como complementarios al tratamiento inicial, entre ellos están:

  • Administración de líquido por vía intravenosa.
  • Administración de oxígeno a través de una mascarilla o un respirador.

Ha sido todo por el artículo de hoy, esperamos que la información proporcionada haya sido de gran ayuda. Le hacemos la invitación a leer también: Aciclovir y Bisolvon