La Colangitis es una enfermedad causada generalmente por una infección de tipo bacteriana, que afecta los conductos biliares, que es por donde la bilis llega hasta la vesícula biliar. El daño de los conductos biliares conlleva a la acumulación de la bilis en el hígado y su posterior deterioro, pudiéndose desarrollar una cirrosis, una falla hepática y la consecutiva muerte. Conoce todo sobre la colangitis, síntomas y complicaciones, aquí. Recuerde No Automedicarse, si reconoce algunos de los síntomas o sospecha de esta enfermedad no deje de consultar a su médico.
¿Qué es la colangitis?
La colangitis es una enfermedad infecciosa generada en la mayoría de los casos por una bacteria, la misma se aloja en los conductos biliares, que son los tubos que transportan la bilis producida en el hígado y la conduce hasta la vesícula biliar y los intestinos.
Ya conocemos lo que es la conlangitis, pero si desconocemos la importancia y función del órgano comprometido, simplemente no nos encontramos en contexto y se le resta importancia a la información, así que vamos a comentar el papel de la bilis en nuestro organismo y la importancia de los conductos biliares.
La bilis es una sustancia producida por el Hígado de color amarillento verdosa, que interviene en los procesos digestivos como emulsionante de los ácidos grasos, es decir, la bilis transforma la estructura de los ácidos grasos en gotas muy pequeñas para facilitar la acción de los jugos digestivos.
La producción de bilis por parte del hígado es continúa, por lo que en los periodos interdigestivos, la bilis se almacena en la vesícula biliar y se libera al duodeno tras la ingesta de alimentos. Los conductos biliares por su parte, son los órganos que conducen la bilis hasta la vesícula biliar, que como señalamos es donde se almacena la bilis para ser liberada durante la digestión.
Cuando ingerimos alimentos, la bilis sale de la vesícula por las vías biliares hacia el intestino delgado y se mezcla con las grasas de los alimentos. Son entonces emulsionadas las grasas pudiendo ser digeridas por las enzimas del páncreas y de la mucosa intestinal.
Muy bien, conociendo entonces cual es la función de los conductos biliares y la importancia de la sustancia que es conducida a través de ellos, podemos profundizar sobre la colangitis y sus consecuencias en la salud. La colangitis biliar primaria, era llamada “cirrosis biliar primaria”, porque es una enfermedad crónica que destruye los conductos biliares del hígado.
Cuando los conductos biliares se deterioran por esta enfermedad, la bilis se va a acumular en el hígado, recordemos que este órgano la produce de manera contante. La acumulación de bilis en el hígado, puede traer como consecuencia que el hígado se vea afectado y comience a desarrollar una cirrosis, que es la cicatrización irreversible del hígado. Si se genera una cirrosis comienzan a surgir no solo los problemas digestivos, sino la falla de las funciones hepáticas.
Recordemos que una de las funciones del Hígado es actuar como filtro, ya que recoge y elimina numerosas toxinas. Se encarga del metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas, secreta la bilis, elemento esencial para nuestra digestión, evita hemorragias a través de un proceso de coagulación. También es contenedor de vitaminas A, D, E, K y de los hidratos de carbono, por lo que almacena energía en forma de azúcar, por todo ello es importante mantener un hígado sano.
La colangitis biliar primaria se considera una “enfermedad autoinmunitaria”, es decir, nuestro propio sistema inmunitario es capaz de atacar las células y los tejidos saludables por error. Existen numerosos estudios médicos que permiten inferir que la colangitis, es desencadenada por una combinación de factores tanto genéticos como ambientales. Es una enfermedad que evoluciona muy lentamente y existe tratamiento para ralentizar aún más su evolución, pero es importante detectarla a tiempo.
La colangitis biliar primaria es una enfermedad hepática crónica causada por la destrucción de los conductos biliares, lo que provoca la acumulación de la bilis en el hígado, a lo que llamamos colestasis, generándose el daño hepático y el inevitable reemplazo de las células hepáticas con tejido cicatrizal, es decir la cirrosis hepática.
Lamentablemente hasta la fecha no hay un mejor tratamiento para esta enfermedad, existen tratamientos que retardan la evolución de la misma, pero de esto hablaremos en detalle más adelante. La colangitis como hemos indicado es la infección e inflamación de los conductos biliares, cuando esto ocurre se puede producir estenosis, que es el estrechamiento del conducto biliar estasis y coledocolitiasis, que es la presencia en los conductos biliares de cálculos, lo que conocemos comúnmente como piedras.
Estas patologías traen como consecuencias cólicos biliares, obstrucción biliar, pancreatitis biliar. El diagnóstico generalmente requiere una colangiopancreatografía, la cual se realiza utilizando resonancia magnética, llamada CPER por sus siglas en inglés. Los pacientes en un buen porcentaje de los casos necesitan descompresión, a través de una endoscópica o vía quirúrgica.
Tipos
Se han propuesto diversas clasificaciones para la colangitis, sin embargo, la más utilizada es la clasificación de Longmire, la cual divide a la colangitis en 5 tipos: Colangitis Aguda, Colangitis no supurativa aguda, Colangitis supurativa aguda, Colangitis supurativa aguda obstructiva y Colangitis supurativa aguda acompañada de absceso hepático. En realidad, la clasificación de la colangitis está fundamentada en las fases de evolución de la enfermedad y presencia o no de obstrucción subyacente.
Desde un punto de vista clínico, lo más relevante es decidir si el paciente puede estar afectado de una colangitis aguda obstructiva, que se ha de sospechar cuando a la tríada de Charcot que es el nombre que se le da al conjunto de tres signos y síntomas que llevan a la sospecha del diagnóstico de dos enfermedades diferentes: la esclerosis múltiple y la colangitis aguda.
A este diagnóstico se pueden asociar signos de sepsis grave o confusión mental, en esta situación la mortalidad es elevada si no se asocia un tratamiento médico adecuado con una descompresión eficaz de la vía biliar. Como se puede identificar la severidad de la colingitis es variable, presentándose desde casos autolimitados leves hasta severos, los cuales pueden amenazar la vida del paciente.
La colangitis aguda es una condición patológica delicada que involucra la inflamación y/o infección de los conductos hepáticos. Para que la misma se produzca deben coexistir una infección de la bilis ocasionada por bacterias y la obstrucción de los conductos biliares, lo que producirá una aumento de la presión en el interior de los conductos. La coledocolitiasis que es la presencia de cálculos o “piedras” en los conductos biliares, es la causa más frecuente de obstrucción biliar y colangitis aguda.
Presentándose síntomas muy incómodos como dolor abdominal, fiebre e ictericia, que es la coloración amarillenta de la piel. En los casos graves se puede presentar hipotensión, confusión y desorientación.
El diagnóstico de la colingitis aguda se fundamenta en principio en los síntomas que señalamos previamente y también a través de la aplicación de exámenes de laboratorio en los cuales se busca identificar si existe un aumento en los marcadores biológicos de inflamación, como son los niveles de leucocitos, proteína C reactiva y procalcitonina.
También la presencia de alteración en los análisis de las pruebas de función hepática, como es la concentración de bilirrubina aumentada, fosfatasa alcalina, gama glutamil transpeptidasa y transaminasas. Las pruebas de imagen también permiten identificar posibles anormalidades en las vías biliares, como la dilatación o visualización de cálculos.
La colangitis aguda es potencialmente grave y requiere hospitalización, por lo que su diagnóstico precoz permitirá realizar un tratamiento adecuado oportuno, esencial para mejorar el pronóstico de la enfermedad. El tratamiento para la atención de la colingitis aguda se fundamenta primero en la combinación de medidas de soporte, se administran antibióticos y se realiza un drenaje o descompresión biliar.
La Colangitis no supurativa aguda se refiere a la presencia de pus en la vía biliar. La Colangitis supurativa aguda existe presencia de pus en la vía biliar, mientras Colangitis supurativa aguda obstructiva hay presencia de cálculos en los conductos biliares es un nivel grave de la enfermedad que registra una mortalidad muy alta, sobre todo cuando el diagnóstico no es oportuno.
Su tratamiento se basa en antibioterapia y drenaje de la vía biliar. Por último la Colangitis supurativa aguda acompañada de absceso hepático habitualmente se asocia a sepsis, si hay presencia de trombosis secundaria de la porta es una complicación infrecuente, pero cuando ambos procesos coexisten la mortalidad es de un 50 a un 80%.
Síntomas
Los pacientes que presentan colangitis suelen ser variables en cuanto a las manifestaciones clínicas, pueden ir desde una sintomatología leve, cuando se trata de las fases iniciales de la enfermedad en la que se presenta fiebre y dolor en el hipocondrio derecho.
Sin embargo, existe lo que se conoce como la tríada de Charcot, que compila los tres síntomas más comunes que se presentan en los pacientes con colangitis, estos son: Presencia de Fiebre, la cual puede estar acompañada por escalofríos.
También esta triada está conformada por la presencia de dolor, el cual se presenta en la parte superior derecha del abdomen, el mismo es muy parecido a un cólico estomacal pero localizado y por último la presencia de coloración amarilla en la piel o ictericia. Estos son los síntomas más comunes y recurrentes. También y dependiendo del tipo o fase de la colangitis los pacientes pueden presentar hipotensión y letárgica o confusión mental.
Cuando se realiza en el paciente la exploración física a menudo se constata la presencia de fiebre elevada mayor a los 38,5 grados centígrados y dolor intenso a la palpación. Sin embargo, existe un porcentaje alto de pacientes con colangitis biliar primaria que son asintomáticos y solo es posible diagnosticar la enfermedad cuando se realizan análisis de sangre por otros motivos.
Este tipo de pacientes puede que manifieste síntomas durante los siguientes 5 a 20 años, no obstante, los pacientes que muestran síntomas pueden recibir un diagnóstico oportuno, lo que se traduce en resultados favorables, debido a la rápida atención.
Otros síntomas tempranos son: Fatiga, Urticaria de la piel y resequedad en ojos y boca. También en síntomas de esta enfermedad se pueden reconocer la inflamación del bazo, dolor en los huesos, músculos y articulaciones, inflamación de pies y de tobillos o edema, hiperpigmentación de la piel, acumulación de grasa alrededor de los ojos, orina de color oscuro, vómitos y mareo. En exámenes de laboratorio se encontrarán altos niveles de colesterol, posible hipotiroidismo y en imágenes se puede diagnosticar osteoporosis.
Diagnóstico
Como señalamos con anterioridad en el diagnóstico inicial existe la triada de Charcot, la cual fue creada en el año 1877 por el neurólogo francés Jean-Martin Charco Charcot, quien describió esta entidad llamándola ¨fiebre hepática¨. La misma incluye la identificación de coloración amarillenta de la piel o ictericia, fiebre y dolor en el lado derecho superior del abdomen. Con estos síntomas se acude al médico de manera inmediata. Estas son las manifestaciones más comunes de la colangitis.
En los pacientes ancianos y en los que son inmunodeprimidos las manifestaciones clínicas pueden ser mínimas, atípicas o confusas, pero con rapidez pueden llegar a un deterioro de su estado general, mostrando una disminución de la presión arterial de origen no identificado, por lo tanto, en este tipo de paciente es necesario realizar las pruebas analíticas hepatobiliares para poder orientar el diagnóstico.
Con respecto a los análisis de laboratorio, se pueden indicar resultados de inflamación sistémica como leucocitosis y también aumento de los niveles de la proteína C reactiva (PCR) y por otro lado los datos de colestasis. También los valores de transaminasas suelen encontrarse con una elevación ligera, aunque si se produce un aumento brusco de la presión intrabiliar pueden encontrarse niveles muy altos.
También en el diagnostico de la colangitis se utilizan técnicas de imagen no invasivas entre las que se encuentran la ecografía, la tomografía computarizada (TC) y la colangiorresonancia magnética (CRM). La ecografía es una técnica de fácil realización y no tienen efectos secundarios, generalmente es la primera prueba a realizar.
La Tomografía computarizada es más útil para detectar la etiología no litiásica y complicaciones como los accesos hepáticos, sin embargo, no detecta cálculos cuando son isodensos con respecto a la bilis. La colangiorresonancia magnética es la mejor prueba para valorar la colangitis de la vía biliar, ya que tiene gran sensibilidad para detectar litiasis biliar y para demostrar la causa y localización de la obstrucción.
Al reconocer los síntomas de la colangitis, el médico tratante puede realizar una Ecografía abdominal con la finalidad de identificar el estado lateral derecho del abdomen. También ayuda en el diagnostico una Colangiografía para identificar como se encuentra el funcionamiento de los conductos biliares.
Existen análisis con imágenes más específicos como la Colangiografía transhepática percutánea en la cual se introduce una aguja en el hígado, para determinar la función del páncreas y del hígado. Una resonancia magnética llamada en este caso particular una Colangiopancreatografía con la que se puede ver el interior de los órganos involucrados, se realiza el reconocimiento biliar y verificar cualquier problema o anomalía.
Tratamiento
No se conoce la mejor manera de tratar a los pacientes con colangitis biliar primaria. Se han realizado numerosos intentos para resolver este problema. Para ellos se han hecho búsquedas en los ensayos preexistentes sobre el tema, para realizar comparaciones con los resultados que han sido obtenidos.
También se han realizado ensayos clínicos aleatorios, que son aquellos en donde los participantes son asignados al azar a uno de dos o más grupos de tratamiento, para analizar los resultados obtenidos sin juicios predeterminados al diagnóstico.
Existe como podemos observar mucho interés por parte de los investigadores, en la búsqueda de un tratamiento que permita la cura de esta enfermedad. Generalmente luego que se realiza el diagnóstico de la colangitis, el médico debe determinar el tratamiento más idóneo, para lo que además de realizar la pruebas de laboratorio señaladas anteriormente , debe tomar en cuenta una serie de condiciones y cualidades del paciente.
El médico debe conocer el historial médico del paciente, la edad y salud actual, asegurarse de la tolerancia y alergia a determinados medicamentos, identificar con claridad el estado, tipo y nivel de la colangitis, entre otras, como la posología y presentación de los medicamentos que serán suministrados al paciente.
El tratamiento para la colangitis puede incluir Antibióticos, Cirugías con procedimiento de rayos X, como endoscopia, tratamiento para nivelar la presión sanguínea y más. El tratamiento en presencia de cálculos biliares puede necesitar de una endoprótesis, este es un objeto que se coloca en el interior del sistema biliar para que prevenga cualquier tipo de re aparición de infección, una vez esta ha sido tratada.
Recordemos que ante cualquier síntoma debemos acudir a nuestro médico especialista, no debemos auto medicarnos, cada caso es único y diferente y solo podemos agravar la patología, si lo hacemos por nuestra cuenta.
Terapia no farmacológica
Uno de los tratamientos no farmacológicos más frecuentemente utilizados es el drenaje de la vía biliar, este tipo de tratamiento es fundamental, cuando se trata de un caso de colangitis aguda. Para realizar el drenaje se puede utilizar el drenaje vía endoscopia, el drenaje percutáneo transhepático y el drenaje quirúrgico. En la mayoría de los casos se utiliza el drenaje de la vía biliar si no hay una evolución positiva con las primeras 24 horas de tratamiento farmacológico.
Generalmente se aplica el drenaje endoscópico por ser el menos invasivo, haciéndolo más seguro y con una recuperación más rápida. Puede entonces colocarse una endoprótesis en vía biliar. Por su parte, la esfinterotomía implica mayor riesgo de hemorragia por lo que se debe valorar su realización sobre todo en pacientes con problemas de velocidad de coagulación o plaquetopenia. Otras posibles complicaciones son la generación de una pancreatitis, producida por impacto de la litiasis y una perforación.
El drenaje percutáneo transhepático se trata de la colocación de un catéter guiado por ultrasonidos. El mismo se dirige al interior del conducto biliar intrahepático, este es una técnica que tiene un alto porcentaje de éxito. Como todas las intervenciones tiene un porcentaje de riesgo, ya que pueden haber complicaciones con la presencia de hemorragia o una peritonitis biliar. La mortalidad es más elevada que con la técnica endoscópica.
La técnica no farmacológica con mayor morbimortalidad asociada es el drenaje biliar quirúrgico. Se realiza mediante coledocotomía y colocación de un tubo en T. Está técnica quirúrgica es utilizada solo cuando han fallado las dos pruebas anteriores. También si se han detectado tumores obstructivos.
Tratamiento general
En referencia al tratamiento general si se sospecha de una obstrucción biliar es necesario extraer el cálculo que está provocando la obstrucción. Para ello se utilizan las técnicas de colangiopancreatografía endoscópica retrógrada, conocida también como CPER, con la cual los pacientes tienen una rápida recuperación y menos riesgo.
La colangitis aguda es una emergencia que requiere la aplicación de un tratamiento de sostén agresivo y extracción urgente de los cálculos, sea por vía endoscópica o quirúrgica. Se administran antibióticos, en pacientes con un estado delicado, se usa imipenem y ciprofloxacino, a los que puede agregarse metronidazol para cubrir bacterias anaeróbicas.
En los pacientes con colangitis piógena recurrente, el tratamiento se centra en medidas de sostén, para lo que se utiliza antibióticos de amplio espectro, con la finalidad de erradicar los parásitos, también el tratamiento incluye la eliminación mecánica de los cálculos y los detritos de los conductos por vía endoscópica o quirúrgica.
Se han desarrollado nuevas pautas para el tratamiento de la colangitis biliar primaria, una enfermedad hepática autoinmune poco frecuente pero importante, se recomienda una terapia con ácido ursodeoxicólico y ácido obeticólico y por supuesto la atención en tratamiento personalizado de las complicaciones de la enfermedad y los síntomas asociados.
Recientemente se ha aprobado el uso del ácido obeticólico para el tratamiento combinado con ácido ursodesoxicólico, también conocido como UDCA, el mismo es utilizado en pacientes adultos con colangitis biliar primaria.
También estudios recientes han mostrado que el bezafibrato en combinación con ácido ursodesoxicolico normaliza el pronóstico de los marcadores de enfermedad en el hígado. Esta terapia combinada también mejora la fatiga y el escozor en la piel y previene la evolución de la rigidez del hígado.
Es importante señalar que teniendo en cuenta que existe un alto porcentaje de pacientes que son asintomáticos, lo mejor es ser preventivos ante esta enfermedad, para ellos es necesario tener hábitos de alimentación saludables, actividad física razonable y adecuada a la edad, tomando en cuenta los estados de salud general y particulares. Evitar el consumo de alcohol en exceso y mucho más si tenemos una historia familiar que indique la presencia de esta patología.
Como podemos observar el tratamiento para la colangitis tiene como principal objetivo controlar y reducir la inflamación de las vías biliares, para de esta manera mejorar los síntomas del paciente, como pudimos ver, para recibir el tratamiento adecuado, es necesario el diagnóstico y el tipo o fase en el que se encuentra la enfermedad.
En los casos donde es una condición grave, la intervención quirúrgica es la alternativa. Debemos acudir al médico en el momento de reconocer los síntomas de la colangitis, para recibir la evaluación y el diagnóstico correspondiente, así como el tratamiento de colangitis más oportuno. Recuerde no auto medicarse.
Antibióticos
El tratamiento con antibióticos es esencial para controlar la respuesta inflamatoria sistémica del organismo ante la presencia de la infección que provoca la colangitis, así como para controlar las complicaciones locales, como pueden ser la presencia de abscesos. El tratamiento antibiótico debe ser administrado precozmente, en las patologías diagnosticadas como graves se debe iniciar de manera inmediata al sospechar la colangitis.
La elección del tratamiento antibiótico de manera empírica y urgente a la sospecha se basa en distintos factores como la cobertura frente a microorganismos más frecuentemente implicados, los patrones locales de sensibilidad a antibióticos, uso previo de antibióticos, comorbilidad previa del paciente, entre otros. La identificación del microorganismo que está ocasionando la colangitis es fundamental, por lo que se deben realizar los cultivos de bilis para determinar el antibiótico más efectivo y especifico.
Generalmente las bacterias presentes corresponden a la flora del tracto digestivo, como la Escherichia coli (E. coli), Klebsiella y Enterococcus, como las más frecuentes. Las recomendaciones de tratamiento antibiótico empírico se debe tener en cuenta la presencia de factores de riesgo de gérmenes resistentes y la evolución clínica del paciente.
Muy comúnmente el tratamiento consta de amoxicilina-clavulánico, piperacilina-tazobactam, carbapenemes. También la asociación de metronidazol con una cefalosporina o con una quinolona, como agentes espectro medio o amplio y con una excreción biliar adecuada.
En los casos de formas leves se utilizan antibióticos de espectro más reducido como cefalosporina o una quinolona asociada a metronidazol o amoxicilina-clavulánico en monoterapia. Cuando se diagnóstica la presencia de Pseudomonas que no es un germen habitual en la colangitis se debe ampliar la cobertura antibiótica frente a las bacteria gram-negativas. Para ello se utiliza recetas de piperacilina tazobactam o carbapenemes.
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Actualizado el 6 mayo, 2024