Los antirretrovirales son fármacos que se crearon con el fin de realizar un tratamiento a aquellas personas que posean VIH, es decir inmunodeficiencia humana. El objetivo de este medicamento es suprimir la replicación del virus, en otras palabras que no se reproduzca reduciendo así la concentración del mismo. Producto de ello el sistema inmunológico tiene más posibilidad de recuperarse. Se debe tener en cuenta que este tipo de tratamiento no cura el VIH sino que ayuda a evitar su transmisión y darle mas longevidad y calidad de vida a la persona que lo porta.
¿Cómo funciona esta medicación?
Nuestro cuerpo cuenta con un tipo de linfocito (células) apodadas CD4, las cuales son encargadas de coordinar una respuesta inmunitaria cuando se detecta un virus o infección. El VIH ataca estas células provocando su destrucción y así el cuerpo queda sin defensas mediante cualquier ataque bacteriológico. Este tipo de medicamento baja la carga viral del virus dando así la posibilidad a que el sistema inmunológico del cuerpo pueda generar más células CD4 y por ende poder recuperarse. Aun quedando la enfermedad en el paciente pero en menos cantidad, el sistema inmunológico se fortalece pudiendo así combatir infecciones y ciertos tipos de cáncer relacionados con el virus (VIH).
El objetivo de este tratamiento es llevar la carga viral del paciente a una concentración indetectable. Esto significa que la concentración en sangre es demasiado baja para ser detectada en un análisis de sangre. Es decir que el paciente sigue teniendo el virus pero no es capaz de transmitirlo sexualmente a su pareja y que a su vez su sistema inmunológico se encuentra fuerte.
¿Cuándo comenzar el tratamiento?
Se debe comenzar lo antes posible, es de suma importancia comenzar en la etapa temprana de la enfermedad es decir hasta 6 meses después de contraerla. Incluso aquellos pacientes femeninos que se encuentren embarazadas deben comenzar a tomarlos cuanto antes. Hay que tener en cuenta que parte del tratamiento corresponde con la responsabilidad del paciente, esto se debe a que la medicación se tiene que tomar a diario de la manera que el profesional se la receta para reducir el riesgo de “resistencia” de la misma.
Precauciones a tener en cuenta
Cuando el tratamiento da inicio es de suma importancia no saltarse ni olvidarse de ingerir las dosis, es mas que entendible que es responsabilidad del paciente seguirlo al pie de la letra. Si no se cumple de manera adecuada con él o si se olvida de tomarlo un día, el virus puede volverse resistente al medicamento y así dificultar el tratamiento.
¿Contiene efectos secundarios?
Partiendo de una base que toda medicación que se consume los tiene, este fármaco no queda excluido de ellos. Cabe destacar que sus efectos secundarios son más bajos que los primeros antirretrovirales que salieron al mercado. Si bien la mayoría de ellos son manejables algunos pueden ser graves. Con el avance de la medicina cada vez contienen menos efectos secundarios, los efectos positivos del antirretroviral superan ampliamente cualquier otro riesgo.
Al momento de realizar el tratamiento debe informar al profesional de cualquier tipo de alergia o interacciones farmacológicas para garantizar un estado de salud óptimo y no encontrarse con una reacción inesperada.
Demarcaciones del tratamiento
En algunos casos es posible que aparezca resistencia del virus a la terapia que se está intentando, al suceder esto las opciones son escasas. Al surgir resistencia el medicamento que antes funcionaba ahora deja de hacerlo, por ende no se puede disminuir el virus. Producto de esto la persona puede volver a transmitir el virus ya que aumentará su carga viral nuevamente.
Frente a estas circunstancias lo que se suele hacer es una combinación de fármacos de un mayor grupo, vale aclarar que esta práctica aumenta el riesgo de efectos secundarios como también el costo del tratamiento y se conoce como mega-terapia.
Grupo de fármacos y sus acciones:
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Los inhibidores de la transcriptasa inversa: Su acción se basa en evitar que suceda la transcriptasa inversa del VIH (esta infección convierte el ARN en ADN vírico) evitando el aumento del virus en sangre. Existen tres tipos que se llaman: nucleosídicos, nucleotídicos y no nucleosídicos.
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Los inhibidores de la proteasa: Su propósito es bloquear la proteasa en el virus recién producido ya que al ser inmaduro lo vuelve defectuoso y no puede infectar nuevas células.
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Los inhibidores de entrada : El VIH debe unirse a las células CD4 y CCR-5, este medicamento evita que esto suceda inhibiendo la entrada del virus en las células del paciente.
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Los inhibidores posteriores a la unión: Realiza lo mismo que el anterior, es decir evita la penetración del virus en células pero de una manera diferente ya que se utiliza para los casos de VIH resistentes a los fármacos.
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Los inhibidores de la integrasa: evita que el ADN viral se integre en el ADN humano.
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Los inhibidores de la unión: impide que el virus se una a las células T del paciente o a cualquier otra célula inmunitaria del paciente.
La realización de este tipo de fármacos se crea en base al ciclo de vida del VIH, inhibiendo las tres enzimas transcriptasa inversa, integrasa y proteasa que el virus usa para replicarse y evitando así la entrada de éste a las células diana.
Los llamados inhibidores de entradas son aquellos medicamento que se emplean para evitar que el VIH siga penetrando en las células diana. Una vez dentro de ella el virus libera ARN que es su código genético dentro de ella. Realizado esto para que pueda replicarse el mismo necesita que el ARN sea convertido en ADN. Para estos casos es que se utilizan los denominados inhibidores de transcriptasa evitando así la conversión de ARN a ADN del virus.
El VIH a su vez libera una enzima llamada integrasa provocando que el ADN del virus se integre con el ADN de la célula. Para esta etapa es cuando se emplean los medicamentos denominados inhibidores de integrasa.
Para ser capaz de infectar otra célula el virus que sale a través de la membrana de esta debe poder madurar y es ahí cuando actúan los inhibidores de proteasa.