Tetrahidrocannabinol: Psicoactivo del cannabis

El tetrahidrocannabinol es el ingrediente activo más conocido de la marihuana, que se ha asociado en los últimos años a fines terapéuticos. Te invitamos a conocer más sobre esta sustancia, sus efectos y contraindicaciones, su uso como medicina y la toxicidad que pudiera generar.

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¿Qué es el tetrahidrocannabinol?

El tetrahidrocannabinol, mayormente conocido por su abreviatura, THC, o como Δ9-tetrahidrocannabinol, es el principal ingrediente de la planta cannabis o marihuana.

Es la sustancia psicoactiva que genera la euforia producida al fumar marihuana y es la responsable de los efectos secundarios psicoactivos, tales como la exaltación, los mareos y la intensificación de las sensaciones visuales y auditivas.

Tales efectos se producen al conectarse a los receptores cannabinoides del cerebro que también puede provocar una depresión del sistema nervioso central. Te interesará también el Clorazepato para tratar la ansiedad.

El tetrahidrocannabinol es uno de los al menos 113 cannabinoides totales identificados en la planta. Entre sus características se destacan que es un sólido vítreo cuando es puro en condiciones de bajas temperaturas, pero que se vuelve pegajoso y viscoso cuando se calienta.

Se trata de un componente que no es muy soluble en agua, sin embargo, se disuelve fácilmente en muchos disolventes orgánicos, en específico si son alcoholes y lípidos.

Aunque la fórmula química del THC (C21H30O2) describe múltiples isómeros, el término THC suele referirse al isómero Delta-9-THC con el nombre químico (-)-trans-Δ-tetrahidrocannabinol.

Como la mayoría de los metabolitos secundarios farmacológicamente activos de las plantas, el THC es un lípido que se encuentra en el cannabis, se supone que está involucrado en la adaptación evolutiva de la planta, supuestamente contra la depredación de los insectos, la luz ultravioleta y el estrés ambiental. Te recomendamos la lectura del Olanzapina recomendado para mitigar trastornos mentales.

Tetrahidrocannabinol

Breve reseña histórica

A lo largo de los años, los investigadores han aprendido mucho sobre los efectos del THC y sus posibles usos.

La primera piedra de esta enorme base de conocimientos la puso en los años 60 Raphael Mechoulam, el químico orgánico israelí, del Instituto Weizmann de Ciencias, en Rejovot, Israel, quien junto con los también científicos Habib Edery y Yechiel Gaoni, aislaron este componente por primera vez en 1964.

Habían estado realizando trabajos en el aislamiento, elucidación de la estructura y síntesis total del Δ9-tetrahidrocannabinol, como principio activo del cannabis.

En una época en la que el consumo de marihuana era cada vez más popular, el Dr. Mechoulam se dio cuenta de que nadie sabía cómo funcionaba realmente la droga.

Las personas que consumían cannabis solían sentirse eufóricas y hambrientas, pero ¿por qué?

Los científicos habían aislado el principio activo del opio (morfina) y de las hojas de cacao (cocaína), pero los investigadores no sabían por qué el cannabis drogaba a la gente.

Mechoulam estaba decidido a averiguarlo. El primer principio activo que él y su equipo descubrieron en el cannabis fue el cannabidiol, también referido como CBD, uno de los principales ingredientes de la marihuana.

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Aunque tiene algunos efectos muy interesantes, el CBD no provoca un «subidón» psicoactivo, así que el equipo siguió buscando y poco tiempo después, los científicos aislaron el ingrediente que buscaban: el Δ9-tetrahidrocannabinol o Delta-9 THC.

Al igual que el CBD, el THC es uno de los muchos compuestos que se encuentran en la resina de las plantas de marihuana.

Cuando el THC entra en el cerebro, interactúa con los receptores y crea una felicidad extrema.

Efectos del tetrahidrocannabinol

Para entender bien cómo funciona el THC, debemos conocer todos los cannabinoides, que son los ingredientes activos que se encuentran en la marihuana.

El THC es solo uno de los tantos compuestos que producen las plantas de marihuana. Docenas de ellos, incluido el THC, se clasifican como cannabinoides.

Estos cannabinoides actúan de forma diferente y lo hacen imitando las sustancias químicas naturales del cerebro, conectándose a los receptores cannabinoides del mismo.

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El THC, por ejemplo, imita los efectos de un neurotransmisor llamado anandamida que crea placer, mata el dolor y elimina la depresión.

Ahora bien, mientras que el THC se conecta al receptor CB1 para crear estos efectos, el CBD lo hace con el receptor CB2, donde reduce la ansiedad, promueve la relajación y también actúa como analgésico.

Por su parte, el cannabinoide CBG en realidad inhibe el receptor CB1 y puede disminuir el subidón causado por el THC.

El THCV, otro cannabinoide, ayuda a controlar problemas neurológicos como las convulsiones y el CBN es útil para fomentar el crecimiento de los huesos y para prevenir las convulsiones musculares causadas por enfermedades como la esclerosis múltiple.

¿Para qué sirve?

Los estudiosos de esta sustancia han encontrado que hay ciertas condiciones médicas que se pueden tratar con el THC, aprovechando sus propiedades terapéuticas.

Condiciones médicas aprobadas

Las condiciones médicas aprobadas para usar el THC como medicamento han sido determinadas por las autoridades de salud de las diversas regiones en donde se ha aprobado su uso.

Los pacientes que sufren una amplia gama de enfermedades pueden obtener alivio del THC, sin los efectos secundarios de los medicamentos tradicionales. Sin embargo, es importante que estos pacientes hablen con sus médicos sobre los detalles de su dolencia y puedan éstos investigar para confirmar que la marihuana es útil para la enfermedad que desean tratar.

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En los últimos años, el cannabis se ha promocionado como tratamiento para todo tipo de enfermedades, desde el cáncer y el glaucoma hasta el Alzheimer.

Debido a la restricción de la investigación por la situación legal del THC en países como Estados Unidos, las pruebas que apoyan su uso para ciertas enfermedades son limitadas.

A medida que se dispone de más pruebas, un número cada vez mayor de pacientes tiene acceso al THC para sus enfermedades.

Se ha aprobado clínicamente (en su forma sintética) para ciertas afecciones, y éstas son algunas de las más comunes para las que se aprueba el cannabis medicinal en los sitios donde es legal.

Apetito, náuseas y vómitos

Para los pacientes con SIDA o los que se someten a quimioterapia para el cáncer, las náuseas, los vómitos y la consiguiente pérdida de peso pueden ser devastadores.

En múltiples ensayos clínicos, el THC ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de todas estas condiciones. De hecho, es tan eficaz que las empresas farmacéuticas han aprovechado este conocimiento para crear el dronabinol, un THC sintético que se prescribe regularmente a los pacientes con cáncer o SIDA.

Dolor crónico

El THC también ha demostrado ser eficaz como analgésico. Por ello, se utiliza a menudo para pacientes con cáncer, así como para aquellos con dolor severo y crónico de enfermedades como la fibromialgia.

Espasticidad

La esclerosis múltiple hace que los músculos se acalambren y se vuelvan rígidos, lo que provoca dolores intensos.

Se cree que el THC actúa en las áreas del cerebro que afectan al movimiento, ayudando a calmar los espasmos musculares dolorosos.

Muchos pacientes consideran que el cannabis es preferible a los medicamentos antiespasmódicos convencionales que pueden hacer que se sientan débiles y somnolientos.

Condiciones médicas que se están investigando

Aunque la investigación ha sugerido que el THC puede ser útil para muchas enfermedades diferentes, los científicos se apresuran a señalar que el compuesto no es una cura para todo y que se necesitan más pruebas para confirmar sus beneficios.

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Ha habido una serie de ensayos prometedores que consideran a la marihuana como un tratamiento potencial para muchas enfermedades diferentes.

Depresión

¿Podría ser uno de los efectos del THC la protección del cerebro? Mientras que muchos fármacos inhiben la capacidad del cerebro para crear nuevas células, los estudios han demostrado que los cannabinoides como el THC son capaces de estimular la producción de células cerebrales (también conocida como neurogénesis).

Los investigadores probaron esta teoría utilizando HU-210, una sustancia sintética que es 100 veces más potente que el THC estándar.

Creen que nuevas investigaciones podrían proporcionar tratamientos útiles para quienes padecen trastornos del estado de ánimo, como la depresión.

Actualmente, los profesionales de la medicina consideran que, en muchas personas, la depresión puede desencadenarse cuando no se generan suficientes células cerebrales nuevas en el hipocampo.

Daño cerebral

Otro hallazgo positivo es que el tetrahidrocannabinol puede ser neuroprotector. Esto diferencia al cannabis de muchas otras drogas que dañan, en lugar de proteger, las células cerebrales.

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Un estudio realizado por científicos de Tel Aviv demostró que el THC era útil para proteger las células cerebrales de los daños provocados por la falta de oxígeno, las drogas tóxicas o las convulsiones.

Mientras que en investigaciones previas se habían aplicado altas dosis de THC administradas en un corto periodo de tiempo, este estudio descubrió que dosis bajas administradas durante un periodo de días también eran eficaces.

Los investigadores también descubrieron que los ratones sometidos a una lesión cerebral mejoraban semanas después, si se les había administrado THC antes o justo después de la lesión.

Los científicos siguen trabajando para ver si el THC puede resultar un buen fármaco preventivo para las personas que tienen un alto riesgo de sufrir una lesión cerebral, tales como los epilépticos, los que tienen un alto riesgo de sufrir un ataque al corazón o las personas que están a punto de someterse a una operación cardíaca en la que podría interrumpirse el flujo sanguíneo al cerebro.

Cáncer

Los científicos también han estado estudiando el cannabis como posible combatiente del cáncer.

Un estudio de 2016 analizó la gran cantidad de pruebas que demuestran que los cannabinoides pueden disminuir el crecimiento de los tumores, impedir que las células cancerosas desarrollen nuevos vasos sanguíneos y reducir la metástasis de varios tipos de tumores.

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Es importante señalar que todos estos resultados se obtuvieron en un entorno de laboratorio y no en ensayos con humanos.

El cannabis aún no ha sido aprobado como un tratamiento eficaz contra el cáncer.

Otras enfermedades

Los investigadores también tienen la esperanza de que el THC y otros cannabinoides puedan resultar útiles en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer y la demencia, el síndrome de Tourette, la enfermedad de Huntington, el TEPT y la enfermedad de Parkinson, entre otras.

En algunos lugares, la aprobación del cannabis medicinal se concede para enfermedades que todavía se están investigando, mientras que en otros, se necesitan más pruebas antes de que esas condiciones se añadan a la lista.

Aunque los estudios para muchas enfermedades han tenido resultados prometedores, es importante tener en cuenta que los resultados obtenidos al trabajar con cannabinoides concentrados y células en un laboratorio suelen ser muy diferentes a los resultados que se obtendrán al simplemente inhalar o ingerir cannabis.

Por eso es esencial que la gente hable con sus médicos antes de elegir o cambiar el curso del tratamiento para cualquier condición médica.

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Efectos secundarios del THC

Como el cerebro de cada persona funciona de forma diferente, los efectos del THC variarán de un individuo a otro.

Los efectos también pueden ser distintos porque hay diferentes variedades de marihuana con diferentes niveles de THC.

Sin embargo, una vez que el THC se introduce en el cerebro, se conecta a los receptores cannabinoides, responsables de aspectos como el pensamiento, el recuerdo, la sensación de placer, la coordinación y la percepción del tiempo transcurrido.

Mucha gente encuentra los efectos del THC agradables, pero éstos pueden ser incómodos o incluso peligrosos en dosis altas o en personas con ciertas condiciones médicas.

Aunque no hay garantía de cómo el THC hará sentir a alguien, aquí están algunos de los efectos secundarios más comúnmente asociados con el compuesto.

Los efectos secundarios del THC pueden incluir

  • Relajación
  • Percepción lenta del tiempo
  • Euforia
  • Sensación de pesadez
  • Mareos
  • Problemas de memoria
  • Intensificación de los efectos auditivos/visuales
  • Hambre
  • Sequedad de boca
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Ansiedad
  • Paranoia.
Paranoia

¿Cuánto duran los efectos secundarios del THC?

Los efectos del THC pueden tener diferentes lapsos de duración, dependiendo del método de ingestión y del metabolismo del cuerpo.

Los efectos de la marihuana fumada o vaporizada tienden a desaparecer entre una y tres horas. Mientras tanto, los efectos del cannabis oral, como los comestibles o las cápsulas de aceite de THC, pueden durar de cuatro a ocho horas.

Uso como medicamento

Durante años, personas de todo el mundo lo han utilizado para tratar enfermedades y dolencias comunes.

Como era ilegal en muchos lugares, los pacientes a menudo tenían que usar la marihuana del mercado negro para medicarse.

Más recientemente, un gran número de leyes cambiantes ha facilitado el acceso de la gente al cannabis con fines medicinales.

Incluso antes de que las leyes para legalizar la marihuana recreativa comenzaran a ganar terreno, muchos lugares habían hecho legal que la gente obtuviera y usara la marihuana medicinal para ciertas condiciones.

A partir de 2021, esta marihuana medicinal está legalmente disponible para los pacientes en docenas de estados de Estados Unidos y en al menos 30 países de todo el mundo.

Contraindicaciones

Los especialistas de la medicina han señalado que el THC está contraindicado en los casos de:

Las mujeres embarazadas o en período de lactancia: Los ingredientes de la marihuana pueden atravesar la placenta y ralentizar el crecimiento del feto.

También puede causar anomalías o provocar leucemia infantil. El THC en la leche materna también puede afectar el desarrollo del bebé.

Personas con enfermedades del corazón: Dado que el THC aumenta el ritmo cardíaco y la presión arterial, deben evitarlo las personas que tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral.

Personas con epilepsia: Aunque algunos pacientes utilizan el cannabis (a menudo cepas con alto contenido de CBD) para controlar su epilepsia, existe la preocupación de que la marihuana pueda reducir el umbral de las convulsiones en ciertas personas.

Este tipo de pacientes deben colaborar estrechamente con sus médicos para determinar si el THC supone un riesgo para su salud.

Personas con predisposición a enfermedades mentales: Los estudios han demostrado una posible conexión entre el consumo de cannabis y el desarrollo de trastornos psicóticos como la esquizofrenia en personas que tienen una tendencia personal o familiar a este trastorno.

Del mismo modo, las personas con propensión a padecer trastornos de ansiedad deben ser cautelosas, ya que la paranoia y el aumento del ritmo cardíaco que son efectos comunes del THC pueden exacerbar esta condición.

Jóvenes: Los investigadores que estudiaron el consumo de marihuana en jóvenes descubrieron que los efectos del THC en los cerebros en desarrollo pueden ser duraderos, causando una disminución del coeficiente intelectual, una mayor impulsividad y el potencial de un mayor riesgo de trastornos del estado de ánimo y síntomas psicóticos años después.

Los estudios aún continúan, pero por el momento se debe desaconsejar el consumo de marihuana entre los jóvenes.

Toxicidad

Según la teoría hasta ahora conocida la planta de cannabis produce el THC y los demás cannabinoides y, como se ha señalado, los expertos han deducido que la planta los produce como una forma de protegerse contra los rayos ultravioleta, las plagas o los depredadores de la planta.

Dicha teoría no está plenamente demostrada, pero se ha encontrado lógica en el sentido de que la toxicidad del THC puede resultar muy venenosa para muchos organismos y animales.

El ser humano, al igual que la gran mayoría de los organismos vivos, también produce cannabinoides similares a los de la planta, ya que cuenta con un sistema endocannabinoide, cuyos receptores se encuentran en el sistema nervioso central, el digestivo, el reproductivo o el inmune, que interactúan con los receptores del cerebro que regula multitud de procesos fisiológicos.

Es por eso que el cannabis nos provoca sus efectos al interactuar los cannabinoides de la planta con los de nuestro cuerpo y con los receptores concretos que tenemos.

Sin embargo, al poseer el cuerpo humano el sistema endocannabinoide y los receptores adecuados tolera su toxicidad e incluso, dependiendo de la dosis, la persona puede encontrarla placentera y, además, llegar a ser terapéutica.

No obstante, no todos los individuos reaccionan de igual manera frente al THC, pues se cree que ello depende del tipo y la cantidad de receptores que tenga cada persona.

Hay personas que genéticamente produce más o menos receptores del tipo CB1.

Si se tienen muchos receptores CB1 en la región donde se genera la dopamina, hormona causante de los efectos placenteros del cannabis, se cree que la persona disfruta menos de la marihuana.