Kanamicina: para qué sirve, nombre comercial, farmacocinética y más

En este artículo hablaremos de la kanamicina antibiótico de amplio espectro contra las bacterias, utilizado para el tratamiento de las infecciones, también hablaremos de sus indicaciones, dosis, contraindicaciones, efectos, interacciones y mucho más.

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Kanamicina: ¿qué es?

La kanamicina es un antibiótico del grupo de los aminoglucósidos, básico y soluble en agua, que fue descubierto en el año 1955 por el doctor Umezawa y sus ayudantes del Instituto Nacional de Higiene del Japón. La kanamicina se obtiene, como resultado del caldo de cultivo de una especie nueva de Streptornyces (St. Kanamyceticus) separado del suelo de la provincia japonesa de Nagano.

La kanamicina tiene un gran cantidad de gamas bactericidas, con acción sobre bacterias Gram positivas, Gram negativas y Mycobacterium, por lo que es indicado por los médicos para el tratamiento de una gran cantidad de infecciones. La kanamicina presenta una resistencia de forma cruzada con la amikacina. Por la toxicidad que presenta (particularmente la nefro- y ototoxicidad) en la actualidad, solamente se usa por la vía oral y la vía tópica, aunque en ciertos países todavía se usa por la vía intravenosa

Nombre comercial

La kanamicina tiene varios nombres comerciales y diferentes presentaciones: Kantrex, vial con 75 mg, 500 mg y 1 g. de kanamicina para vía intramuscular; Kanamicina Sulfato ungüento oftálmico al 1%.

Farmacocinética

La kanamicina es absorbido de manera posteriormente a la aplicación intramuscular, y por lo general se llegan a alcanzar los niveles máximos en suero al pasar una hora aproximadamente. Las dosis de 7,5 mg/kg, suministran los niveles séricos promedios más altos de 22 µg/mL. Pasadas las 8 horas de la aplicación de una dosis de 7,5 mg/kg, los niveles séricos promedios llegan a 3.2 µg/mL. La semi-vida promedio del suero es de unas dos (2) horas.

La aplicación por la vía intravenosa de la kanamicina por un tiempo de una hora, llega a producir unas cantidades séricas parecidas a las que se obtienen por la aplicación por la vía intramuscular.

La kanamicina, tiene una difusión rápida hacia otros líquidos del cuerpo incluyendo la bilis y el fluido sinovial y peritoneal. Se presentan niveles de significación de la kanamicina, en la sangre de cordón y en el líquido amniótico posteriormente a la aplicación por la vía intramuscular en las pacientes que están embarazadas.

Las cantidades en el fluido espinal recién nacidos lactantes sanos, son de aproximadamente 10% a 20% por ciento de los niveles de suero, y pueden llegar a alcanzar el 50% por ciento cuando las meninges es encuentran inflamadas. En algunos estudios realizados, en pacientes sanos adultos han demostrado solamente la presencia de trazas de kanamicina, dentro del fluido cefalorraquídeo.

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El medicamento es eliminado casi de forma exclusiva por filtración glomerular, y no se reabsorbe por los túbulos renales. Por esto, se llega a alcanzar altas cantidades en la nefrona, y la orina puede llegar a contener niveles de entre 10 a 20 veces mayores a las que tienen el suero. Se da muy poca transformación a nivel metabólico. La eliminación a nivel renal es rapidísima. (Ver artículo tacrolimus)

En los pacientes que presenta una función renal normal, el 50%  de la dosis aplicada es aclarada en unas cuatro (4) horas aproximadamente y se elimina totalmente pasadas las 24 a 48 horas. Los pacientes que presentan deficiencia renal o que tienen presión de filtración glomerular reducida, eliminan la kanamicina mucho más lento. Este tipo de pacientes, pueden llegar a acumular niveles muy altos en la sangre que incrementan de manera considerable el posible riesgo de reacciones adversas ototóxicas.

En los pacientes que se encuentran con quemaduras graves se puede llegar a disminuir de forma significativa la semi-vida y las cantidades séricas que  resultan mucho menores.

En la aplicación por la vía oral, se da en forma de sulfato de kanamicina, que es un polvo hidrosoluble que es absorbido en aproximadamente 1% por medio de la mucosa intestinal ileso, se elimina de manera rápida por medio del riñón. La mayor cantidad que no es absorbida se elimina a través de las heces de forma intacta.

Las bacterias intestinales, se pueden llegar a eliminar muy rápido posteriormente a la aplicación de la kanamicina, durante la supresión de las bacterias entre 48 y 72 horas.

Mecanismo de acción

Como pasa con todos los antibióticos aminoglucósidos, la kanamicina se mezcla a la subunidad S30 del ribosoma de la bacteria, bloqueando la transcripción del DNA bacteriano y, por ende, la elaboración de las proteínas en los gérmenes sensibles.

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El sulfato de kanamicina tienen una acción in vitro, con gran cantidad de cepas de Staphylococcus aureus (inclusive las cepas que no producen la penicilinasa y las que producen la penicilinasa), Staphylococcus epidermidis, N. gonorrhoeae, Enterobacter aerogenes, Serratia marcescens, H. influenzae, Escherichia coli, Shigella y Salmonella especies, Acinetobacter, especies de k. pneumoniae.

Especies de providencia, y especies Citrobacter freundii y Citrobacter y gran cantidad de cepas varias de Proteus indol-positivo y negativo de indol-negativos, que con frecuencia son resistentes a otro tipo de antibióticos.

Los antibióticos aminoglucósidos presentan poca acción frente a organismos Gram-positivos, inclusive con los enterococos, los Streptococcus pyogenes y los Streptococcus pneumoniae. Estudios realizados in vitro, han dado como resultado que un aminoglucósido que se combina con un antibiótico que tiene interferencia, con la elaboración  de la pared celular (como la amoxicilina, o la ampicilina) que puede llegar a afectar a ciertas cepas de estreptococo Grupo D forma sinérgica.

Indicaciones

La kanamicina, se indica para la terapia de corto plazo de las infecciones graves que son causadas por cepas sensible.

Es recomendable la realización de estudios bacteriológicos ,para poder identificar los microorganismos que los causan y de esta forma poder determinar su sensibilidad a la kanamicina.

La kanamicina se puede llegar a usar para tratar infecciones alguno de los siguientes patógenos se conocen o se  sospechan: E. coli, especies de Enterobacter aerogenes, especies de Proteus (indol-positivo y negativo de indol), Serratia marcescens, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter. La continuación de la terapia con el fármaco, debe estar basada en los resultados de la sensibilidad para las pruebas, la posible respuesta de la infección al tratamiento y la posibilidad de la presencia de efectos secundarios.

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En las infecciones de cierta gravedad, cuando los gérmenes que lo causan no se conocen, la kanamicina se puede llegar a aplicar como tratamiento inicial en combinación con un medicamento de tipo beta-lactámico (como la penicilina o la cefalosporina) antes de tener los resultados de las pruebas de sensibilidad. Si se llegara a sospechar de organismos anaerobios, se debe utilizar otro tipo de terapia antimicrobiana que se adecue con la kanamicina.

Aunque la kanamicina no es el antibiótico indicado para las infecciones de estafilococos, se podría utilizar en algunas ocasiones cuando la infección es debida a un estafilococo que se conoce o se sospecha. Estas ocasiones incluyen la terapia de inicio de infecciones graves causadas por cepas sensibles de estafilococos en pacientes que son alérgicos a otro tipo de antibióticos y en el tratamiento de infecciones mixtas de estafilococos y Gram-negativos.

Contraindicaciones

Los pacientes, que son tratados con aminoglucósidos por tipo de vía se deben mantenerse en observación clínica por el potencial de toxicidad, al que se asocia su uso. Igualmente que otros aminoglucósidos, principalmente los efectos tóxicos de sulfato de kanamicina tienen su efecto en las ramas auditivas y vestibulares del octavo nervio y los túbulos renales. La neurotoxicidad se presenta por una toxicidad auditiva de forma bilateral que usualmente es irreversible y, otras veces, por una ototoxicidad vestibular.

Pasa frecuentemente, con una pérdida de la percepción de frecuencia alta antes de la pérdida notable de la audición, esto puede ser detectado por medio de pruebas audiométricas. También podría no presentar síntomas, que puedan advertir del desarrollo de un posible daño coclear. (Ver artículo noretisterona)

Se puede manifestar vértigo, siendo una posible evidencia de una lesión vestibular. Otro tipo de manifestaciones de neurotoxicidad pueden ser entumecimiento, cosquilleo de la piel, fasciculaciones musculares y hasta convulsiones. El riesgo de perder  la audición, se incrementa con el grado de exposición a altas cantidades en el suero y llegando a empeorar inclusive una vez suspendido el antibiótico.

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La deficiencia renal se puede llegar a caracterizar por una creatinina reducida, la existencia de células en la orina, oliguria, proteinuria, reducción de la gravedad específica de la orina o modificaciones de las pruebas que representan la retención de nitrógeno (creatinina, BUN, NPN o suero creciente).

Los graves riesgos de reacciones fototóxicas y nefrotóxicas, se incrementa de forma brusca en pacientes con deficiencia renal y en los que tienen función renal sana que reciben dosis altas o terapias a largo plazo.

Se deben vigilar las funciones renales y del octavo nervio, en especial en pacientes que presentan función renal disminuida al inicio del tratamiento, y también en los pacientes cuya función renal al inicio es normal y que después presentan síntomas de deficiencia renal a lo largo del tratamiento. Se deben controlar las cantidades séricas de aminoglucósidos aplicados por vía parenteral cuando exista la posibilidad para poder asegurar niveles óptimos y prevenir los niveles posiblemente tóxicos.

El bloqueo neuromuscular con presencia de parálisis respiratorias se puede llegar a producir cuando el sulfato de kanamicina es aplicado por la vía intraperitoneal, en conjunto con anestesia y fármacos que son relajantes musculares.

Se han presentado bloqueos neuromusculares, después de la aplicación de la inyección parenteral y de la utilización por la vía oral de los aminoglucósidos.

Se debe considerar, la posible aparición de un bloqueo neuromuscular y de una posible parálisis respiratoria, si los aminoglucósidos son aplicados por medio de cualquier tipo de vía, en especial en pacientes que recibieron algún tipo de anestésicos, de bloqueantes neuromusculares como son la tubocurarina, la succinilcolina, el decametonio o en los pacientes que fueron sometidos a transfusiones masivas de sangre que fueron anticoaguladas con citrato.

Se debe prevenir el uso sistémico, oral o tópico de forma simultánea o de forma consecutiva de la kanamicina y otros medicamentos que son potencialmente nefrotóxicos y neurotóxicos, en particular la polimixina B, cisplatino, vancomicina, bacitracina, amfotericina B y otros aminoglucósidos (inclusive la paromomicina) porque puede tener toxicidad aditiva.

Dosis

-La administración por la vía intravenosa:

La dosis recomendada para tratar adultos, adolescentes y niños: no debe ser mayor a 15 mg/kg por día, y se debe administrar de forma lenta. La solución para la utilización por la vía intravenosa se prepara de la siguiente manera: se añade el contenido de un frasco de 500 mg a 100 a 200 ml de algún diluyente estéril, como puede ser el suero  salino o 5% dextrosa en agua, o añadiendo el contenido de un frasco de 1,0 g a 200 a 400 ml en algún diluyente estéril.

La dosis correcta es aplicada en un espacio de tiempo de 30 a 60 minutos. La dosis total por día se debería dividir en 2 o 3 dosis repartidas de la misma manera.

Para los pacientes pediátricos, la cantidad de diluyente que se debe utilizar debe ser una cantidad suficiente para poder  infundir el sulfato de kanamicina en un espacio de tiempo de 30 a 60 minutos.

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-La administración por vía intramuscular:

La dosis recomendada para adultos, adolescentes y niños: es de 15 mg/kg/día en dividido en dos dosis iguales, aplicadas en intervalos divididos de la misma manera, esto quiere decir, 7,5 mg/kg cada 12 horas. Si el deseo es mantener los niveles altos en la sangre, la dosis por día debería ser de 15 mg/kg  y se pueden dar en dosis divididas igualmente cada 6 u 8 horas.

Para los pacientes obesos (que tienen un peso mayor a 100 kg) , la dosis no debe pasar de 1,5 g/día.

Para los pacientes que presentan  deficiencia renal, conviene realizar el tratamiento cuidando las cantidades de kanamicina en suero. Si esto no se pudiese realizar, se sugiere el método de disminuir la frecuencia de la aplicación  en este tipo de pacientes.

Para conocer el intervalo entre dosis se puede calcular realizando la siguiente fórmula:

Creatinina del suero (mg/100 mL) x 9 = intervalo de dosis (calculado en horas).

La administración por la vía intraperitoneal, (en los casos de peritonitis o posteriormente a la exploración peritoneal, por la contaminación fecal producida por un derrame en el transcurso de la cirugía):

La dosis recomendada en adultos: es de 500 mg diluidos en 20 mL de agua destilada estéril por medio de un catéter de polietileno, colocado a través de la sutura de la herida. Si fuese posible, el goteo se debe mantener hasta que el paciente se ha haya recuperado de forma total de los posibles efectos de la anestesia, y de los fármacos para relajar los músculos. Los niveles de suero deben ser vigilados con mucho cuidado mientras dure el tratamiento.

-La administración por vía aérea:

La dosis recomendada para adultos: es de 250 mg 2 a 4 veces por día. A un vial de 500 mg a 250 mg (1,0 mL), y se diluye con 3 mL de suero fisiológico y se realiza la nebulización. Los niveles del suero se deben vigilar de manera  cuidadosa mientras dure el tratamiento.

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Conviene limitar el tiempo de duración de la terapia con kanamicina parenteral a corto plazo. El tiempo de duración usualmente de la terapia es de 7 a 10 días. La dosis total por día en cualquiera de las vías no debe pasar 1,5 g/día. Los posibles riesgos de toxicidad se pueden multiplicar cuando la duración de la terapia se incrementa.

En las dosis antes recomendadas, las infecciones que no presentan complicaciones por la presencia de organismos sensibles a la kanamicina, deben dar respuesta al tratamiento en 24 a 48 horas. Si respuesta definitiva no se llegara a producir dentro de los 3 a 5 días, se debería suspender el tratamiento y realizar pruebas para poder comprobar la sensibilidad del germen invasor a otro tipo de antibióticos.

Posiblemente el fracaso del tratamiento a la infección, se puede deber a la resistencia del germen o a que se encuentran presentes focos sépticos que necesitan drenaje quirúrgico.

Para tratar infecciones oculares que son producidas por organismos sensibles

-La administración oftálmica

La dosis recomendada para adultos: es de aplicar la cantidad necesaria de ungüento oftálmico al 1% en el ojo(s) afectado(s) por espacio de 3 o 4 veces por día.

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Embarazo

Los antibióticos aminoglucósidos, pueden llegar a causar algún tipo de daño al feto cuando es aplicado a pacientes embarazadas. Los antibióticos aminoglucósidos traspasan la barrera placentaria, presentándose algunos casos de sordera congénita total, permanente y en ambos oídos en niños cuyas madres recibieron tratamiento con estreptomicina, durante el tiempo del embarazo. (Ver artículo levonorgestrel)

Hasta el momento no se han presentado efectos secundarios de gravedad en fetos, o neonatos cuyas madres recibieron terapia durante el embarazo con otro tipo de aminoglucósidos, pero existe la posibilidad de que aparezcan algunos daños. La kanamicina está dentro del grupo de la categoría D de posible riesgo durante el embarazo.

No existen estudios realizados en mujeres embarazadas, la experiencia clínica no tiene ninguna prueba positiva de posibles efectos secundarios para el feto. Pero si se llega a usar la kanamicina durante la gestación, o si la paciente llegara a quedar embarazada durante el tratamiento con este fármaco, el médico debe informar a la madre del peligro potencial que existe para el feto.

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Reacciones adversas

La kanamicina tiene el potencial de provocar toxicidad auditiva y a veces vestibular, también toxicidad renal y bloqueo neuromuscular.

Los posibles riesgos aumentan para los pacientes que sufrieron o sufren deficiencia renal (en especial si requiere hemodiálisis), para los pacientes que tienen terapia en conjunto o seguida con otras drogas ototóxicas o nefrotóxicas o de elementos diuréticos de acción rápida o que son aplicados por la vía intravenosa (como por ejemplo: ácido etacrínico, furosemida y manitol) y para los pacientes que son tratados durante períodos más largos y con dosis más altas de lo que se recomienda).

Los efectos tóxicos de kanamicina que afectan el octavo nervio craneal pueden ser: pérdida parcial en ambos oídos de forma reversible o irreversible de la audición, la pérdida del equilibrio, o la presencia de los dos. Se pueden llegar a presentar o no tinnitus o vértigo.

El posible daño coclear en general, se presenta de manera inicial por pequeños modificaciones en los resultados de las pruebas audiométricas en las altas frecuencias, y no puede estar ligado a una pérdida de la audición subjetiva. La disfunción vestibular en general se presenta con los síntomas de nistagmo, náuseas, vómitos, vértigo o el síndrome de Meniere agudo.

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La nefrotoxicidad tiene como característica, la presencia de células blancas y rojas en la orina, y también azotemia y oliguria. Las modificaciones en las funciones renales son por lo general, reversibles cuando se interrumpe la terapia con la kanamicina. La deficiencia renal puede estar caracterizada por un incremento en la creatinina del suero, y podría venir acompañado por oliguria, por la presencia de células y proteínas en la orina, por los niveles en crecimiento de BUN o por la reducción de la creatinina.

Pueden ocurrir parálisis muscular aguda y apnea tras el tratamiento con antibióticos aminoglucósidos. La neurotoxicidad puede aparecer posteriormente de la instalación intrapleural, y intraperitoneal de grandes dosis de un aminoglucósido. Sin embargo, esta reacción se ha observado tras la administración por vía intravenosa, intramuscular y aun de estos agentes.

Interacciones

Las combinaciones in vitro de un aminoglucósido, inclusive la kanamicina, con otro tipo de antibióticos beta-lactámicos (como la penicilinas o las cefalosporinas) puede llegar a resultar en una acción de inactivación mutuamente de cierta importancia. Inclusive cuando un aminoglucósido y antibiótico beta-lactámico se aplican  de forma separada y por diferentes vías, se ha presentado una disminución en los niveles séricos de los aminoglucósidos en los pacientes que presentan deficiencia renal y también en ciertos pacientes que presentan una función renal sana.

Usualmente, la inactivación de los aminoglucósidos presenta niveles significativos solamente en pacientes que tiene una disfunción renal severa. (Ver artículo desogestrel)

No es recomendable la utilización de la kanamicina con otro tipo de antibióticos nefrotóxicos y nefrotóxicos, ni es recomendable el uso en conjunto con diuréticos potentes.

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Kanamicina oftalmológica

Los antimicrobianos se encuentran abundantemente por distintas razones, las que más tiene importancia son las modificaciones que sufre el huésped, la aparición de nuevas bacterias y la resistencia que pueden llegar a tener a los antimicrobianos que existen.

Cuando se elige un medicamento se debe tomar en consideración la eficiencia, costo y seguridad, pero con los antimicrobianos se agrega el posible riesgo  la aparición de una resistencia a las bacterias. Las bacterias pueden llegar a causar infecciones en la córnea, la endoftalmitis y la queratitis.

Una gran cantidad de las conjuntivitis producidas por bacterias son autolimitadas, pero su recuperación es muy rápida y la posibilidad de secuelas disminuye si son tratadas con antimicrobianos.

En los casos de conjuntivitis o de blefaritis producida por bacterias, es necesario realizar aplicaciones tópicas con frecuencia del antimicrobiano, pero cuando el foco de infección esta lejos de la córnea el tratamiento debe ser combinado con aplicaciones intraoculares, sistémica, o las dos.

Para tratar las infecciones en los tejidos de los ojos hay 4 formas de aplicarlo para poder obtener las cantidades de antimicrobianos: como son la administración local, la inyección subconjuntival, la inyección intravítrea y aplicación parenteral sistémica. En los casos de la endoftalmitis, infección que es muy difícil de combatir, se puede tratar de manera más eficaz con vitrectomía y la administración por esa vía de un quimioterápico conveniente, pero hay que tomar en cuenta el riesgo de provocar algún tipo de daño en la retina.

Los antimicrobianos en gotas oftálmicas se utilizan para el tratamiento de infecciones bacterianas oculares, así como también para la prevención en los casos quirúrgicos y o de traumas. La utilización de estos fármacos (gotas oftálmicas) está muy extendido y una gran mayoría de estas terapias son aplicadas sin realizar una investigación bacteriológica previa, por eso estos fármacos son efectivos contra las bacterias que se encuentran más extendidas en conjuntiva (como son por ejemplo: Estafilococos, Estreptococos, Haemophilus, coliformes y anaerobios).

Algunos de estos medicamentos combinan antibióticos, los que son producidos con el propósito de poder abarcar la mayor cantidad de actividad antimicrobiana. Las gotas oftálmicas pueden llegar a provocar ciertos efectos sistémicas, sobre todo por alergia o hipersensibilidad, a los componentes activos como a elementos conservadores.

Los antibióticos bactericidas activos que tienen concentraciones muy bajas, se utilizan para tratar infecciones provocadas por los bacilos gramnegativos (por ejemplo la gentamicina en especial es útil contra la Pseudomona) pero algunas cepas de S. aureus y epidermidis tienen sensibilidad  y no son eficientes contra los anaerobios. Son baratos relativamente y tienen un estrecho margen terapéutico (primordialmente limita su uso).

Los que son los más usados son: la kanamicina, la gentamicina, la amikacina, la neomicina, la tobramicina y la netilmicina. En los tejidos oculares la penetración es muy deficiente por lo que la terapia de la endoftalmitis bacteriana, es necesario administrar por inyección perioculares. Los aminoglucósidos han sido probados por la vía de aplicación de inyección intravítrea; y resultando que la gentamicina fue la más tóxica, seguidamente la netilmicina y tobramicina.

La amikacina y la kanamicina resultaron tener un nivel menor toxicidad (las inyecciones se iniciaron con un nivel de 100 mmg. por ojo).

Los aminoglucósidos por tener una mala absorción, y no tener acción contra los Estreptococos, son considerado muchos oftalmólogos como una mala elección para tratar las infecciones de los ojos.

Los aminoglucósidos pueden llegar a causar ototoxicidad de gravedad, también provocar lesiones en las células vellosas cocleares y llegar a producir sordera; destruyendo el aparato vestibular; o produciendo nefrotoxicidad de gravedad por lesiones en las células tubulares que se encuentran próximas al riñón

Actualizado el 5 febrero, 2020